Practica esta lección: Ir al examen
bloque
II
62
El ser humano utiliza la naturaleza para su desarrollo y progreso, aunque
muchas veces lo hace de forma excesiva. Para evitar las alteraciones que
ocasiona el uso inadecuado de recursos es necesario establecer medidas
como la veda; es decir, la prohibición temporal o permanente de la pesca
y la caza; de esta manera, se busca que ninguna especie en peligro corra
el riesgo de extinguirse. Otras medidas son rotar los cultivos para que la
tierra recupere sus nutrimentos, emplear abonos naturales, evitar la tala
inmoderada de bosques y reforestar áreas explotadas intensamente.
La participación de todos en la preservación de los recursos naturales
ayudará a tener lugares, y un país, más productivos.
El agua y los ecosistemas
La calidad del agua es vital para los seres vivos presentes en los
ecosistemas; la vegetación de cada ecosistema depende de la disponibilidad
de agua en forma de lluvia. Las plantas presentan características que les
permiten aprovechar el líquido vital.
En los desiertos, la vegetación retiene la poca agua de lluvia o neblina
que se presenta; en contraste, la lluvia que se precipita en las selvas y los
bosques es tan abundante que la vegetación deja escurrir una parte.
En los bosques de pino el agua se congela y cae como nieve, escarcha
o granizo, así que los pinos tienen hojas con una cubierta que evita que se
congelen.
Hay ecosistemas con clima seco durante varios meses y lluvia el resto
del año, temporada en que las plantas dan frutos y producen semillas,
antes de la siguiente sequía.
El agua en forma de lluvia, granizo, escarcha, neblina y nieve abastece
lagos, ríos, lagunas y mares, mantiene la humedad en bosques, selvas,
matorrales, desiertos, tierras de pastoreo, manglares y zonas costeras.
Esto favorece la existencia de numerosos seres vivos, muchos de los cuales
aprovechamos los seres humanos.
En México, la lluvia es la principal fuente de agua para los usos humanos
y se distribuye de la siguiente manera: las zonas centro y norte son áridas o
semiáridas y reciben poca lluvia; en contraste, los estados del sur y sureste
reciben casi la mitad de lluvias; el estado de Baja California recibe menos
agua de lluvia y Tabasco tiene más precipitaciones.