Clasi
À
cas los textos expositivos
Al darse la noticia de que la despedida del escritor sería en la sede de El Colegio Nacional y no
en el Palacio de Bellas Artes, cundió la estupefacción e incredulidad entre muchos escritores,
quienes mencionaron que Bellas Artes es el espacio del pueblo, al contrario del área de notables
que es El Colegio Nacional; en Bellas Artes estuvieron Octavio Paz y Carlos Fuentes; no podemos
creer esto.
El presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Rafael Tovar y de Teresa, declaró
en la televisión que ofreció a la familia el Palacio de Bellas Artes y que los deudos tomaron en
consideración el ofrecimiento.
Autor de la novela icónica
Las batallas en el desierto
, Pacheco, quien obtuvo en 2009, con unos
meses de diferencia, los premios Reina Sofía de Poesía Iberoamericana y Cervantes, se enamoró
de la
¿
cción desde 1947, cuando siendo niño vio una representación de
El Quijote
en el Palacio
de Bellas Artes.
Así lo recordó en su discurso de aceptación del Cervantes, el Nobel de la lengua castellana:
“En aquella mañana tan remota descubro que hay otra realidad llamada
¿
cción. Me es revelado
también que mi habla de todos los días, la lengua en que nací y constituye mi única riqueza,
puede ser para quien sepa emplearla algo semejante a la música del espectáculo, los colores de
la ropa y las casas que iluminan el escenario. La historia del
Quijote
tiene el don de volar como
aquel Clavileño. He entrado sin saberlo en lo que Carlos Fuentes de
¿
ne como el territorio de La
Mancha. Ya nunca voy a abandonarlo”.
Y en verdad nunca abandonó ese territorio. Lo recorrió como cuentista, poeta, ensayista,
traductor, novelista y editor. Lo tasó con las palabras que pronunció en numerosas conferencias,
presentaciones y cuando recibía los muchos premios que se le concedieron por su obra o en las
charlas con amigos, lectores y periodistas que siempre buscaron de él una declaración tanto de
lo que escribía y pensaba de la literatura como de la vida política y social del país.
José Emilio Pacheco nació en la ciudad de México el 30 de junio de 1939. Estudió
¿
losofía y
derecho en la Universidad Nacional Autónoma de México y desde entonces comenzó su trabajo
literario en la revista
Medio Siglo.
Tan sólo de poesía escribió 15 libros, entre ellos
Los elementos de la noche, El reposo del fuego,
No me preguntes cómo pasa el tiempo, Islas a la deriva, Miro la tierra, El silencio de la luna, Siglo
pasado, La edad de las tinieblas y Como la lluvia,
algunos de cuyos poemas leyó en una ocasión
memorable en el auditorio del Museo Nacional de Antropología.
Respecto a ese último libro
comentó que intenté decir que se pueden hacer poemas largos y
cortos sobre cualquier cosa. El poeta tiene el mundo entero a su disposición para hacer poemas.
En 2009, el Fondo de Cultura Económica publicó la antología
Tarde o temprano
. Poemas 1958-
2009.
“Jamás pensé que llegaría a escribir un libro de 800 páginas. Dije: ‘debo ser muy fecundo, pero
no, no es fecundidad, es muchísimo tiempo. Ochocientas páginas en 50 años no son más de 15
páginas al año. Podrían decir: ‘este tipo no escribe nada’”, dijo en la Feria Internacional del Libro
de Guadalajara en 2009, palabras que había dicho también unos días antes al recibir el Premio
Reina Sofía, sólo que en su discurso añadió: "Ojalá el producto de tanto esfuerzo y constancia
sean, al
¿
nal de todo, 10 poemas válidos.
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