Practica esta lección: Ir al examen
Reconoces y demuestras las diferencias entre la fábula y la epopeya
Habitaba la hormiga
allí, tabique en medio,
y con mil expresiones
de atención y respeto
le dijo: –Doña hormiga,
pues que en vuestros graneros
sobran las provisiones
para vuestro alimento,
prestad alguna cosa
con que viva este invierno
esta triste cigarra,
que, alegre en otro tiempo,
nunca conoció el daño,
nunca supo temerlo.
No dudéis en prestarme;
que felmente prometo
pagaros con ganancias,
por el nombre que tengo.
La codiciosa hormiga
respondió con denuedo,
ocultando a la espalda
las llaves del granero:
–¡Yo prestar lo que gano
con un trabajo inmenso!
Dime, pues, holgazana,
¿qué has hecho en el buen tiempo?
–Yo, dijo la cigarra,
a todo pasajero
cantaba alegremente,
sin cesar ni un momento.
–¡Hola!, ¿conque cantabas
cuando yo andaba al remo?
Pues ahora, que yo como,
baila, pese a tu cuerpo.
Samaniego.
Fábulas en verso castellano
,
libros/131222.pdf, consultada 29 de abril
de 2014.
143