Reconoces y demuestras las diferencias entre el mito y la leyenda
El murciélago
(Leyenda juchiteca)
Andrés Henestrosa
Las mariposas que hoy vemos,
ingrávidas
, que se pueden posar en las Fores, en
la superfcie de las aguas y hasta en las
trémulas
ramas del aire, no son otra cosa
que una fracasada imagen de lo que el murciélago fue en otro tiempo: el ave más
bella de la creación. Pero no siempre fue así. Cuando la luz y la sombra echaron a
andar, era como ahora lo conocemos y se llamaba biguidibela: bíguidi, mariposa; y
bela, carne: mariposa de carne, es decir, desnuda. La más fea y más desventurada
de todas las criaturas era entonces el murciélago. Y un día, acosado por el frío,
subió al cielo y dijo a Dios:
–Me muero de frío. Necesito plumas.
Y como Dios, aunque no cesa de trabajar, no vuelve las manos a tareas ya cumplidas,
no tenía ninguna pluma. Así fue que le dijo que volviera a la tierra y suplicara en su
nombre una pluma a todas las aves. Porque Dios da más de lo que se le pide. Y el
murciélago vuelto a la tierra, recurrió a aquellos pájaros de más vistoso plumaje.
La pluma verde del cuello de los loros, la azul de la paloma azul, la blanca de la
paloma blanca, la
tornasol
de la
chuparrosa
, su más próxima imagen actual: todas
las tuvo el murciélago. Y orgulloso volaba sobre las
sienes
de la montaña, y las
otras aves, refrenando su vuelo, se detenían para admirarlo. Y había una emoción
nueva,
plástica
, sobre la tierra. A la caída de la tarde, volando con el viento del
Poniente, coloraba el horizonte. Y una vez viniendo de más allá de las nubes, creó
el arco iris, como un eco de su vuelo. Sentado en las ramas de los árboles, abría
alternativamente
las alas, sacudiéndolas en un temblor que alegraba el aire. Todas
las aves comenzaron a sentir envidia de él; y el odio se volvió
unánime
, como un
día lo fue la admiración.
Otro día subió al cielo parvada de pájaros, el colibrí adelante. Dios oyó su queja.
El murciélago se burlaba de ellos; además, con una pluma menos, padecían frío. Y
ellos mismos trajeron el mensaje celestial en que se llamaba al murciélago. Cuando
estuvo en la casa de allá arriba, Dios le hizo repetir los ademanes que de aquel
modo habían ofendido a sus compañeros; y agitando las alas, se quedó otra vez
Reúnanse en equipos e identifquen en el siguiente texto las fguras retóricas:
hipérbole, epíteto y comparación. Posteriormente, completen la tabla de la página
siguiente.
Actividad 5 (portafolio de evidencias)
Aplica lo aprendido
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