Cuando se le ataca, el tlacuache se finge muerto,
se tira al suelo, cierra los ojos, esconde la cabeza
entre las patas y contiene la respiración; pero
si en este momento se le arroja al agua, deja de
fingir y lo que hace es ¡salvarse!
¡Ah, qué tlacuache tan mañoso!
Evangelina Mendoza Márquez
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