La enorme riqueza cultural de nuestro país se ha expresado en una pródiga tradición dancística
con fines rituales. En algunas danzas aún podemos encontrar reminiscencias que nos permiten
reconocer la fuerte presencia de la danza en los grupos prehispánicos. La honda huella dejada
por la conquista espiritual es aún notoria en las numerosas danzas en honor a los santos
patronos. La tradición de danzar en cumplimiento de una manda sigue vigente. Basta observar
la gran cantidad de peregrinaciones a la Basílica de Guadalupe el 12 de diciembre y la
significativa presencia de los grupos de danzantes.
Reúnete en un equipo con tres compañeros. Investiguen en libros, revistas o Internet datos de
una danza con fines rituales, como:
Los Concheros, El Venado, Los Matlachines, Los Chinelos,
La Pluma, Los Viejitos, Los Sonajeros
. Elaboren un reporte de sus hallazgos, ilústrenlo y
compártanlo con el resto del grupo. Para realizar la investigación pueden orientarse por las
siguientes preguntas:
¾
¿Quiénes la bailan (sexo, edad, número de participantes)? En caso de haber, ¿qué
personajes tiene la danza o qué papeles o nombramientos tiene los danzantes?
¾
¿Cuándo se baila? ¿en qué festividades? ¿cuál es la más importante y por qué?
¾
¿Dónde se baila (en el atrio de la Iglesia, en la plaza del pueblo, etcétera)?
¾
¿Por qué bailan?
¾
¿Cuál es la indumentaria y parafernalia utilizada?
¾
¿Con qué instrumentos musicales la acompañan? ¿Qué características tiene la música
(compás, tempo, ritmo, intensidad de los sonidos)?
¾
¿Cómo es su coreografía (trazos de piso, relación de parejas o relaciones del grupo)?
¾
¿Cómo se baila (descripciones de las principales pisadas y de los usos de sonajas,
palos, látigos, etcétera)?
¾
¿Cómo está organizado el grupo que la baila? ¿Cuándo y dónde ensayan? ¿Qué se
sabe acerca de la historia de la danza?
Reúnete con todo el grupo, seleccionen alguna de las danzas investigadas y aprendan, con
ayuda de su profesor, alguna de sus pisadas, movimientos de tronco y brazos y alguno de los
trazos de piso característicos.
3.2 Reconocimiento de la danza con fines sociales.
La danza también ha tenido una función lúdica, de esparcimiento y disfrute, observable en el
baile social. El baile “es una manifestación social de fuerte influencia familiar, que se interpreta de
manera espontánea con carácter festivo y de galanteo, destacando la habilidad y virtuosismo del
bailador según el estilo característico de cada región” (Lavalle, 1988: 665). En él se puede
observar un uso corporal esencialmente gozoso: juego de ritmos, composición azarosa de
movimientos, parodia de personas, sucesos, objetos. Al combinarse con la experiencia sensual se
muestra como un juego amoroso, un modo de liberar los sentidos y, por supuesto, de liberar al
cuerpo. El baile social “ennoblece” y sublima el deseo sexual y la seducción.
El baile social no tiene el arraigo comunitario de la danza con fines rituales: permanece hasta que
es desplazado por los bailes de “moda”. Se aprende por imitación en las fiestas familiares o
sociales, aunque desde la Colonia han existido “escuelas de danzar”, generalmente nocturnas,
que constituyen en sí mismas espacios para el “jolgorio” y los encuentros amorosos (Ramos,
1996). Si bien podemos identificar patrones rítmicos y corporales característicos del lugar de
origen, la danza social no tiene una coreografía establecida, fija, y predomina el baile de parejas.
La creatividad personal es mucho mayor y se impulsa a los bailadores a mostrar sus habilidades
en la combinación de ritmos y movimientos, pero siempre es reconocible un “estilo” regional.
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