espacios fuera del área de música, para ayudar a reforzar temas de otras materias y al
mismo tiempo ejercitar nuestra voz. No debe perderse de vista que debe ser una
actividad placentera, divertida, por lo que se repetirá siempre que se esté disfrutando.
Actividad individual. La intensidad de la voz, tu secuencia conveniente
Elabora tu propia secuencia o patrón de sonidos fuertes y suaves, usando los símbolos
f y p.
Elige una categoría de algo que te guste, puede ser un cierto tipo de música,
cosas relacionadas con un deporte, cosas que describan un lugar, cualquier cosa que
se te ocurra. Pide a tus compañeros que formen un círculo y dirige la actividad, primero
indícales la categoría y luego muéstrales el patrón de intensidad que tendrán que decir.
Roten el turno de dirigir. Si el grupo es muy grande, pueden formar varios equipos.
Actividad grupal. La altura de la voz
Siguiendo la misma dinámica de la actividad anterior, digan palabras con voz aguda o
con voz grave. No cambien el volumen, es decir, la intensidad de nuestra voz, sino el
tono, o sea la altura. Para hacer una voz aguda imaginen la voz de un enanito, el
sonido de un flautín o
el ladrido de un perro pequeñito. Para lograr una voz grave
piensen en la voz de un gigante, en el sonido de una tuba, en el ladrido de un perro
muy grande o el rugido de un león. No existe un símbolo musical que se refiera de
manera general a un sonido agudo o a uno grave, así que simplemente utilizaremos la
primera letra de cada uno para referirnos a ellos de manera rápida: a (agudo), g (grave).
Al igual que en la actividad anterior, comenzar con patrones sencillos e ir
incrementando la dificultad. Comenzar diciendo nombres propios y poco a poco incluir
diferentes categorías de mayor dificultad.
Actividad grupal. El timbre de tu voz
Todos tenemos un timbre de voz particular que nos distingue de los demás. Vamos a
ver qué tanto conoces las voces de tus compañeros. Sentados en círculo, cierra tus
ojos mientras un compañero dice una palabra. Deberás adivinar quién la dijo. Ahora ese
compañero cerrará los ojos y otro más adivinará, hasta que todos hayan tenido un
turno.
Una variante un poco más difícil de esta actividad es adivinar quién no habló: cierra tus
ojos y tus compañeros tomarán turnos para decir una palabra, todos menos uno; habrá
un compañero que se quedará en silencio. Deberás adivinar quién fue.
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