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SECUENCIA 9
186
El texto dice…
3.
Mientras escuchas la lectura, observa las ilustraciones y elige la que tú crees que re-
presenta la prueba más difícil que enfrentó Gilgamesh. Al terminar de leer, escribe
por qué te parece la prueba más difícil.
4.
Lean y comenten de qué hablan los versos de Nezahualcóyotl y qué parecido tienen
con la experiencia de Gilgamesh.
Versos de Nezahualcóyotl
[…] ¿Es que acaso se vive de verdad en la tierra?
¡No por siempre en la tierra,
sólo breve tiempo aquí!
Aunque sea jade: también se quiebra;
aunque sea oro, también se hiende,
y aun el plumaje de quetzal se desgarra:
¡No por siempre en la tierra:
sólo breve tiempo aquí!
[…] si yo nunca muriera,
si nunca desapareciera.
Allá donde no hay muerte,
allá donde ella es conquistada,
Fragmentos de Gilgamesh
“—No busques aquello que no has de tener. Sólo los dioses viven para siempre –respondió
Utanapíshtim.”
“—Gilgamesh, llegaste a esta isla como un mortal y como un mortal has de partir.”
“—Aquí está la inmortalidad que buscabas Gilgamesh, en la ciudad que construiste, en el valor
que demostraste y en todo el bien que hiciste. Vivirás por siempre en el corazón de la gente.”
“Y así, el rey Gilgamesh gobernó en Uruk muy amado por su gente, hasta que murió. Pero des-
pués de 5000 años, su nombre se mantiene vivo a causa de sus grandes hazañas y su valor.”
Y tú qué dices…
5.
A partir de la comparación anterior, comenten:
a) ¿Cómo es que Gilgamesh y Nezahualcóyotl, aceptando su condición de seres mor-
tales, lograron trascender, esto es, ser recordados a pesar de haber muerto hace
siglos?
b) ¿A qué otros personajes históricos recuerdan por sus ideas o sus acciones?
c) ¿Qué puede hacer o crear una persona común para dejar huella de su existencia?
Nezahualcóyotl
, rey y
poeta de Texcoco en
el siglo XV, se
preocupó como
Gilgamesh por lo que
significaba su
condición de mortal y
por el deseo de
trascender, es decir,
dejar huella a nuestro
paso por la Tierra.
que allá vaya yo.
Si yo nunca muriera,
Si yo nunca desapareciera.
[…] ¿A dónde iremos
donde la muerte no existe?
Mas ¿por eso viviré llorando?
Que tu corazón se enderece:
aquí nadie vivirá para siempre.
Aún los príncipes a morir vinieron […]
Fuente: José Luis Martínez.
Nezahualcóyotl, vida y
obra
. México: Fondo de Cultura Económica, 1996.,
pp. 186, 207 y 211.