ESPAÑOL
39
I
Temas de reflexión
Recursos de los cuentos de terror
Narrador personaje.
En muchos cuentos de terror el narrador es uno de los persona-
jes, quien narra en primera persona algo que vivió. Así la historia es más creíble pues
transmite las emociones que se quieren provocar en el lector.
Incertidumbre.
Para crear incertidumbre (no saber qué o por qué pasa algo) los escri-
tores de cuentos de terror plantean preguntas que suscitan curiosidad o duda en el lec-
tor, o bien, evitan decir todos los detalles sobre algún suceso, personajes o acción.
Temas de terror.
Generalmente los cuentos de terror tratan de la muerte, lo maligno o
siniestro, el dolor físico (la tortura), lo diabólico, lo sobrenatural, la locura, alucinaciones
o pesadillas; de la transformación de hechos cotidianos en extraordinarios e inexplicables.
Ambiente.
Se crea con la descripción de lugares desolados, amenazantes o lúgubres (ca-
sas antiguas o en ruinas, sótanos, lugares inhóspitos, oscuros o solitarios).
Atmósfera.
Se sugiere con la descripción de las sensaciones, emociones y situaciones que
viven los personajes: miedo, ansiedad, desesperación, encierro, espera o persecución.
Final sorpresivo o inesperado.
El cuento termina en el momento o de la forma me-
nos esperada, de manera que sorprenda al lector.
1.
Lean los fragmentos del cuento “El gato negro” que se presentan a continuación y
relacionen su contenido con uno de los recursos que se emplean en los cuentos de
terror. Para tal efecto, tomen en cuenta las palabras subrayadas y anoten en su cua-
derno la letra que corresponda:
A. Narrador personaje
B. Incertidumbre
C. Temas de terror
D. Ambiente
E. Atmósfera
F. Final sorpresivo o inesperado
“…decidí emparedar el cadáver en el sótano, tal como se dice que los monjes
de la Edad Media emparedaban a sus víctimas. El sótano se adaptaba bien a
este propósito.”
“No espero ni pido que alguien crea en el extraño aunque simple relato que
me dispongo a escribir. Loco estaría si lo esperara, cuando mis sentidos recha-
zan su propia evidencia. Pero no estoy loco y sé muy bien que esto no es un
sueño.”
“¡Había emparedado al monstruo en la tumba!”
“¿Quién no se ha sorprendido a sí mismo cien veces en momentos en que cometía
una acción tonta o malvada por la simple razón de que no debía cometerla?”
“En esos momentos, aunque ansiaba aniquilarlo de un solo golpe, me sentía
paralizado por el recuerdo de mi primer crimen, pero sobre todo —quiero con-
fesarlo ahora mismo— por un espantoso temor al animal.”
“…un aullido, un clamor de lamentación, mitad de horror, mitad de triunfo,
como sólo puede haber brotado en el infierno de la garganta de los condena-
dos en su agonía y de los demonios exultantes en la condenación.”
SESIÓN 3