SECUENCIA 11
46
Esposa:
Operador:
Narrador:
Operador:
Narrador:
Operador:
Saltando de lo alto de un armario había
caído sobre la mesa
(SONIDO DE UN
GOLPE SECO)
.
Esa cosa nos ha mirado, nos ha visto, y
después ha huido por la habitación. Es
una mano solitaria y viva como una
araña.
(SONIDO DE ALGO QUE SE ARRAS-
TRA CON VELOCIDAD)
Allí la dejamos,
encerrada con llave en el cuarto.
PAUSA CON MÚSICA DE MISTERIO
Llena de terror, acudió la policía y el
juez. Era su deber. Trabajo les costó
cazar la mano
(SONIDO DE COSAS QUE
CAEN Y SE ROMPEN, GOLPES Y QUEJIDOS)
,
pero la cazaron y todos le agarraron un
dedo, porque era vigorosa corno si en
ella radicase junta toda la fuerza de un
hombre fuerte.
MÚSICA SUBE BREVEMENTE. BAJA HASTA
DESAPARECER
¿Qué hacer con ella? ¿Qué luz iba a
arrojar sobre el suceso? ¿Cómo sen-
tenciarla? ¿De quién era aquella
mano?
(SONIDO DE UNA CAMPANILLA Y
UN GOLPE DE MARTILLO)
Después de una larga pausa, al juez se
le ocurrió darle la pluma para que
declarase por escrito. La mano enton-
ces escribió:
(CON VOZ TENEBROSA)
«Soy la mano de Ramiro Ruiz, asesina-
do vilmente por el doctor en el hospital
y destrozado con ensañamiento en la
sala de disección. He hecho justicia».
MÚSICA SUBE BREVEMENTE. BAJA HASTA
DESAPARECER
sobre la mesa, las había mirado, las había
visto, y después había huido por la habi-
tación, una mano solitaria y viva como
una araña. Allí la habían dejado encerra-
da con llave en el cuarto.
Llena de terror, acudió la policía y el
juez. Era su deber. Trabajo les costó ca-
zar la mano, pero la cazaron y todos le
agarraron un dedo, porque era vigorosa
como si en ella radicase junta toda la
fuerza de un hombre fuerte.
¿Qué hacer con ella? ¿Qué luz iba a arro-
jar sobre el suceso? ¿Cómo sentenciarla?
¿De quién era aquella mano?
Después de una larga pausa, al juez se le
ocurrió darle la pluma para que declara-
se por escrito. La mano entonces escri-
bió: «Soy la mano de Ramiro Ruiz, ase-
sinado vilmente por el doctor en el
hospital y destrozado con ensañamiento
en la sala de disección. He hecho justi-
cia».
Fuente: Ramón Gómez de la Serna (2006). En
Ciudad
Seva
. Recuperado el 22 de mayo de 2006,
gomez/mano.htm