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2. Si usan tierra del jardín, desinféctenla por medio del método de solarización. De preferencia usen
sustratos inorgánicos, como tezontle, gravilla, etcétera.
3. Desinfecten las herramientas de trabajo, con 70% de alcohol o 10% de cloro.
4. Siembren en suelos con buen drenaje para evitar encharcamientos.
5. Incrementen espacio entre plantas y pódenlas para mejorar la ventilación.
6. Hagan rotación con cultivos de diferente familia botánica.
7. Rieguen sin
encharcar
el agua, ya que esto propicia el desarrollo de enfermedades.
8. Instalar sistemas de riego por goteo para evitar altos niveles de humedad.
9. No rieguen las plantas muy tarde, ya que esto favorece que las plantas permanezcan húmedas toda
la noche.
10. Controlen insectos vectores mediante tratamientos preventivos.
11. Mantengan el cultivo libre de malas hierbas.
12. Eviten producir heridas durante el manejo del cultivo para evitar la infección de algún patógeno.
13. Eliminen tallos y hojas afectadas. Si es necesario eliminen la planta entera y quemen los residuos
que están en el suelo.
14. Si van a cultivar en invernadero, instalen sistemas de ventilación para evitar humedades relativas
altas.
Elaboración de fungicidas caseros.
Para prevenir y luchar contra enfermedades fúngicas es posible la
preparación de eficaces tratamientos con productos accesibles para cualquier agricultor. He aquí algunas
alternativas a los fungicidas de elaboración industrial ordenados según su componente principal.
Cola de caballo.
Se recomienda como preventivo y curativo; contra la roya, oídio, cenicilla polvorienta,
tizón, moteado, moho gris y manchas foliares, también actúa contra la araña roja y el pulgón.
El contenido en sílice de la planta y la presencia de una
saponina
tóxica para los hongos hacen de este
producto un excelente fungicida. Favorece la formación de paredes celulares más gruesas que impiden la
implantación de patógenos.
Preparación
Se utiliza 1 kg de planta fresca y 150 g si está seca, en cocción en 10 l de agua.
Forma de uso
Diluida en una proporción de 1:5. Para enfermedades fúngicas se realizan
tratamientos de tres días repitiéndolos de 10 a 15 días. En pulverizaciones se le
puede incorporar 0.5 a 1% de silicato de sosa o de sodio.
Agua oxigenada.
Indicada especialmente para el mildiu, 150 cm cúbicos en 40 l de agua.
Ruda.
En extracto posee acción fungicida. Controla el patógeno que ocasiona las manchar foliares y
hongos resistentes.
Papaya.
Las hojas de papaya se utilizan para controlar hongos, ya que su principio activo tiene efectos
fungicidas, especialmente para control de roya y cenicilla polvorienta.