Sentado en tu lugar trata de tensar todo tu cuerpo hasta llegar a lo máximo que puedas
soportar y luego, de golpe, suelta toda la tensión. Repite el ejercicio varias veces y nota
los cambios en tu cuerpo. Comenta tu experiencia con un compañero.
- Forma equipo con un compañero. Exploren la tensión que pueden lograr. Tomen
turnos. Concéntrate en uno de tus brazos. Aumenta la tensión poco a poco hasta llegar
a la máxima tensión que puedas soportar y sostenla un rato. Mientras, tu compañero
puede echarte porras y alentarte para que logres más tensión ¡hasta ponerte morado!
Ahora afloja la tensión poco a poco, hasta que sientas que el brazo está suelto. Tu
brazo tiene que estar tan suelto que tu compañero puede balancearlo a un lado y a otro
a su antojo: ¿Lo lograste? Cambien de turno. Prueben tensando y relajando diversas
partes del cuerpo. También prueben hacerlo en pasos: tenso un poco, detengo, otro
poco, detengo
y así hasta llegar al máximo. Y de regreso: Aflojo un poco y paro, luego
otro poco.
Comenten la experiencia.
Forma un equipo con tus compañeros y creen una escena con los movimientos que
encontraron cuando estaban en parejas.
Elige a cuatro compañeros, más o menos de tu peso y estatura. Jueguen a “cargar al
muerto”. Dibujen con gis dos rectángulos en el piso del tamaño de su estatura, como a
cincuenta centímetros uno del otro. Tomen turnos. El primero en
hacerse el muerto
se
acuesta en uno de los rectángulos y se pone lo más tieso posible. Sus compañeros
tratarán de transportarlo hasta el otro rectángulo. Cambien de turno hasta que todos
pasen al lugar del muerto. ¿Lograron mover al muerto? ¿Qué dificultades tuvieron?
Comenten lo que pasó.
Ahora repitan el juego, sólo que quien ocupa el lugar del muerto se pone lo más
relajado y aguado que pueda. ¿Lograron mover al muerto? ¿Qué dificultades tuvieron?
Comenten lo que pasó y compárenlo con lo anterior.
Además de la tensión, la
respiración
es un elemento muy importante para manejar la
fluidez del movimiento.
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