Hacer un juicio sobre una creación dancística, entonces, supone analizar la coherencia y fuerza
de una obra para producir una experiencia estética. El análisis se hace con criterios claros y
permite encontrar los aciertos y los desaciertos. Una crítica de danza debe construir un puente
entre la creación y los espectadores. Este puente se crea con las palabras justas que describen
y aprecian lo que ha dejado la danza en la memoria de quienes la disfrutaron. En estas palabras
hay que mostrar un profundo conocimiento de la danza que describen, dar argumentos. Sin
argumentos el juicio crítico no existe.
Lee
los siguientes fragmentos de una crítica de Raúl Flores Guerrero, uno de los críticos más
importantes en la Época de oro de la danza moderna mexicana. La crítica corresponde a la
Temporada de Ballet Nacional de México de 1953. Si tienes problemas para comprender algo,
pide ayuda a tu maestro.
En las tres obras de Josefina Lavalle,
Concerto
,
Emma Bovary
y
La maestra rural
pudo apreciarse una estructura coreográfica
perfecta, lo que no puede lograrse sino con el conocimiento y
el estudio de la partitura musical bailada. Cada actitud de
los bailarines, cada movimiento de sus cuerpos, se corresponde
con los tiempos y los compases de la música, estableciéndose
de este modo esa secuencia coreográfica de que han adolecido
la mayoría de los ballets presentados con anterioridad.
La importancia del vestuario y la escenografía, como
complementos de la danza, se hizo patente en
Concerto
y en
Emma Bovary
. En el primero, el vestuario desvirtúa por
completo el sentido de la música y de la coreografía pues nada
tiene que ver el arte popular de Metepec, en que se inspiraron
los sombreros de paja y las amplias faldas policromadas, con
Vivaldi ni con el sentimiento de la autora del ballet. En
Bovary
la pobre escenografía y el pesado e inadecuado
vestuario impidieron que los movimientos de los bailarines se
destacaran, restándoles aericidad y distrayendo la atención de
los espectadores.
Nadie como Josefina Lavalle ha podido hasta ahora interpretar
con tanto acierto la música preclásica, inspiradora
tradicional de movimientos afectados y temas arcaizantes. En
Emma Bovary
es notable observar cómo los amplios y libres
movimientos de la danza moderna pueden identificarse con la
música de Vivaldi para expresar un tema romántico. Y es que
ese tema está tratado de tal manera en la danza, que no se
restringe a un ambiente exclusivo flaubertiano; aún, si se
quisiera, el título del ballet podría fácilmente cambiarse o
no existir, pues su poético mensaje rebasa la estrechez de una
idea concretada en un nombre. El espíritu de la obra es
universal e intemporal, esencialmente humano.
La capacidad de Josefina Lavalle como coreógrafa se puso de
manifiesto en
La maestra rural
. Con un tema tan pobre en
apariencia como es el de una simple maestra de pueblo
jalisciense, desorejada en 1927 por los cristeros, creó un
ágil ballet en que la tragicomedia se representa con finos y
bien logrados matices.
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Flores Guerrero, Raúl,
La danza moderna mexicana 1953-1959
, México, INBA/CENIDI-Danza José Limón Rojas, 1990 (Serie de
Investigación y Documentación de las Artes, segunda época), pp. 48-49.
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