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SECUENCIA 10
—Y ¿por qué le gusta tanto ser piloto?
—Bueno, el gusto por hacer algo distinto digamos que siempre lo he
tenido. Soy inquieto, me gusta hacer cosas que no están ligadas a la
medicina. Yo creo que me gusta mucho ser piloto, por la aventura y la
sensación que implica el volar. Es una sensación única, te sientes libre.
Además, haces algo absolutamente diferente a lo que realizas rutina-
riamente en el trabajo.
—A su juicio, ¿cuáles son las principales cualidades que necesita una
persona para ser un buen piloto?
—Bueno, para ser piloto no hay que tenerle miedo a la altura, porque
la sensación que produce el volar debe ser placentera todo el tiempo.
Hay que tener una muy buena actitud mental y física también, por-
que el vuelo requiere mucha concentración, pero también requiere
mucha habilidad. Y que, obviamente, le guste mucho.
—¿Qué satisfacciones le ha traído ser piloto?
—La libertad de poder volar, de trasladarme de un lugar a otro, de
conocer lugares distintos y de compartir con personas diferentes a las
que suelo compartir diariamente, que son mis colegas médicos.
—Se podría pensar que esta disciplina no tiene ningún tipo de compa-
ración con la práctica médica. ¿Encuentra usted alguna semejanza
entre ambas?
—Si bien son actividades absolutamente distintas, tienen un punto en
común: ambas requieren de mucha habilidad y también de mucha
concentración en lo que se está haciendo. Uno tiene que tener, en las
dos actividades, muchos conocimientos para hacer un buen trabajo.
Una es una actividad placentera que te permite conocer cosas diferen-
tes y la otra es una actividad de trabajo que también tiene su lado
bueno en el sentido de recuperar la salud del paciente, lo que también
resulta ser placentero.
—Por último doctor, ¿existe algún piloto que a usted le provoque
admiración?
—Los pilotos de principio de siglo
XX
que más admiro son los hermanos
Wright, porque ellos de la nada fabricaron un avión y lograron hacer
volar, proeza que muchos consideraron como algo completamente
loco. Fueron unos pocos metros, pero los suficientes como para elevar y
hacer aterrizar ese avión. También hay que destacar a Madelaine
Dupont y María Eliana Christen, las mujeres que marcaron un hito en
la aviación al cruzar el Océano Atlántico en un pequeño avión que las
llevó por diversos países de América, África y Europa. Suena como algo
fácil, pero no lo es.
Con la entrevista, el doctor Jorge Araneda nos permite conocer algu-
nas actividades y experiencias que un piloto amateur tiene, y nos da-
mos cuenta que es posible combinar dos profesiones que requieren
conocimiento, dedicación y pasión.
Cierre
Se presenta
de manera
narrativa