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SECUENCIA 8
214
Cuento (fragmento)
SESIÓN 4
Para leer
Leerás para conocer personajes que se enfrentan a la vida con diferentes
actitudes, y continuar con el seguimiento del tema sobre el valor de las
riquezas materiales.
1.
Lean el cuento “Canastitas en serie” de Bruno Traven. Durante la lectura, identifiquen
las actitudes de los personajes frente al trabajo y los negocios.
Canastitas en serie
B
RUNO
T
RAVEN
En calidad de turista en viaje de recreo y descanso, lle-
gó a estas tierras de México Mr. E. L. Winthrop.
Abandonó las conocidas y trilladas rutas anuncia-
das y recomendadas a los visitantes extranjeros por las
agencias de turismo y se aventuró a conocer otras re-
giones.
Como hacen tantos otros viajeros, a los pocos días
de permanecía en estos rumbos ya tenía bien forjada
su opinión y, en su concepto, este extraño país salvaje
no había sido todavía bien explorado, misión gloriosa
sobre la tierra reservada a gente como él.
Y así llegó un día a un pueblecito del estado de
Oaxaca. Caminando por la polvorienta calle principal
en que nada se sabía acerca de pavimentos y drenaje y
en que las gentes se alumbraban con velas y
ocotes
, se
encontró con un indio sentado en cuclillas a la entra-
da de su jacal.
El indio estaba ocupado haciendo canastitas de
paja y otras fibras recogidas en los campos tropicales
que rodean el pueblo. El material que empleaba no
sólo estaba bien preparado, sino ricamente coloreado
con tintes que el artesano extraía de diversas plantas e
insectos por procedimientos conocidos únicamente
por los miembros de su familia.
El producto de esta pequeña industria no le basta-
ba para sostenerse. En realidad vivía de lo que cose-
chaba en su milpita: tres y media hectáreas de suelo no
muy fértil, cuyos rendimientos se obtenían después de
mucho sudor, trabajo y constantes preocupaciones so-
bre la oportunidad
de las lluvias y los ra-
yos solares. Hacía ca-
nastas cuando termi-
naba su quehacer en
la milpa, para aumentar sus pequeños ingresos.
Era un humilde campesino, pero la belleza de sus
canastitas ponían de manifiesto las dotes artísticas que
poseen casi todos estos indios. En cada una se admira-
ban los más bellos diseños de flores, mariposas, pája-
ros, ardillas, antílopes, tigres y una veintena más de
animales habitantes de la selva. Lo admirable era que
aquella sinfonía de colores no estaba pintada sobre la
canasta, era parte de ella, pues las fibras teñidas de di-
ferentes tonalidades estaban entretejidas tan hábil y
artísticamente, que los dibujos podían admirarse igual
en el interior que en el exterior de la cesta. […]
Cada canasta representaba para él alrededor de
quince o veinte horas de trabajo constante, sin incluir
el tiempo que empleaba para recoger el bejuco y las
otras fibras, prepararlas, extraer los colorantes y teñir-
las.
El precio que pedía por ellas era ochenta centavos,
equivalente más o menos a diez centavos moneda
americana. Pero raramente ocurría que el comprador
pagara los ochenta centavos, o sea los seis reales y me-
dio como el indio decía. El comprador
en ciernes
re-
gateaba, diciendo al indio que era un pecado pedir
tanto. […]
Aquel indio había hecho en su vida varios cientos
Bruno Traven
(1890- 1969),
nace en Chicago y muere en la
ciudad de México. Fue un
escritor que reflejó en sus obras
un realismo mexicano profundo
y dramático, con un gran
sentido social y humano.