I
FORMACIÓN CÍVICA Y ÉTICA
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Estimado Armando:
¿Qué tal van las cosas allá en
el otro lado? ¿Qué hay de su
vida? Espero que le esté yendo
bien.
De lo que está pasando por
aquí, le cuento que estamos
cada vez mejor. O eso creo yo.
Lo digo porque desde principio
de año comenzamos a tener
muchos problemas, sobre todo
con los de tercero, que estaban
molestando mucho a unas compañeras indígenas que entraron
a la escuela y otros que no dejaban participar a los demás en
actividades deportivas y en las planillas. Mejor dicho, había
varias broncas y nadie sabía qué hacer. Entre nosotros mismos
estábamos divididos, unos pensaban que había que ignorarlos,
otros parecían indiferentes, decían que era cuestión de
aguantar, al fin y al cabo ya nos tocaría a nosotros el turno de
ser los de tercero, hubo quien llegó a decir que había que
esperarlos un día a la salida de la escuela. ¡Imagínese! Pero la
verdad es que ni eran todos los de tercero, sólo un grupito
bastante molesto. Finalmente, como sí queríamos hacer algo
para resolver esa situación, nos pusimos a pensar qué podría ser,
porque no estábamos seguros de hablarlo con ellos
directamente, tampoco creíamos que fueran a hacerle caso al
maestro y a la directora por todas las quejas que les dábamos a
cada rato. Como que había que pensar en algo diferente, ¿no?
Así que planeamos realizar algunas actividades culturales,
invitando a todos los que quisieran participar. Algunas fueron
programadas en sábado para que asistieran muchos más,
además, como le pedimos apoyo a la hermana de Raúl, la que
canta muy bonito (¿se acuerda?), ella sólo podía los sábados.
Después fueron juntándose para unas jornadas deportivas
mixtas, algunos de tercero que se apuntaron quedaron en
distintos equipos, uno de ellos junto con una compañera
2.
Sigan la lectura que hará en voz alta su maestro o maestra.