En un momento determinado, la sociedad reacciona, se produce un choque y el
protagonista queda en ridículo. Éste es el final más común, aunque también es
posible que con el choque se provoque que sea la sociedad la que haga el ridículo.
Si en la tragedia la agresión se define como un delito mayor, porque afecta los
valores divinos o absolutos, en la comedia consisten en un delito menor contra las
leyes sociales, lo cual es otra forma de romper el orden. En la tragedia, el castigo
constituye la pena máxima, en la comedia es suficiente un escarmiento que implica,
de algún modo, la reconciliación con la sociedad.
El ridículo en que termina la comedia no siempre mueve al espectador a la risa, sino
que a veces lo motiva a la crítica o a la reflexión. La risa, si bien está presente con
frecuencia en este género, se debe al tono festivo y alegre, al conjunto de acciones
que nos hacen relacionar al protagonista con un familiar, un amigo o un vecino en el
que hemos identificado el vicio de la mentira, de la soberbia, del puritanismo, de la
apatía o de la negligencia, entre otros.
Describe un ejemplo de comedia:
________________________________________________________________________
________________________________________________________________________
________________________________________________________________________
________________________________________________________________________
________________________________________________________________________
1.3.2. Tragicomedia en el teatro medieval y en el Siglo de Oro
En la
tragicomedia
el protagonista es un personaje simple, es decir, está inmerso en
circunstancias esporádicas o fortuitas, mismas que enfrenta para alcanzar un objetivo que
para llegar a él debe superar cuanta dificultad se le interponga. Se trata de un héroe. En
este género el conflicto se enfrenta como solución de problemas, pase de pruebas o
vencimiento de obstáculos. Generalmente la tragicomedia se utiliza para enseñar las
proezas y hazañas de grandes personajes
virtuosos, legendarios, fantásticos, notables o
históricos.
La tragicomedia no es “mezcla de tragedia y comedia”, mucho menos “tragedia con
final feliz”. Es un género perfectamente delineado que relata una conquista heroica,
una aventura en la que se exaltan la voluntad y la capacidad humanas como medios
para vencer incluso a la muerte. Así sucede, por ejemplo, en
Alcestes
,
de Eurípides,
y en
Popol Vuh
,
de Luisa Josefina Hernández. En la primera obra, la reina de
Tesalia vuelve a la vida después de haber derrotado a la Muerte, acaso como la
princesa Aurora en el cuento
La bella durmiente
.
En la segunda obra, cuya historia
tomó la autora de algunos episodios del libro sagrado de los mayas, los hijos de
Ixquic salen triunfantes de las duras pruebas a que son sometidos por los señores
de Xibalbá; al rebasar cada una de ellas su poder se duplica, de tal modo que son
capaces de enfrentar la última: arder en el fuego. Cuando renacen de las cenizas,
engañan a los de Xibalbá y los matan. La raza mexicana, representada por los
mágicos gemelos, renace de las cenizas una y otra vez.
Ibid
., 1997, p. 55.
5
6
5
Ibid
.
6
127