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Mordientes de origen mineral
Alumbre
(sulfato de aluminio). Es un mineral blanco depositado en el fondo de muchos tipos
de formaciones rocosas en forma de piedras cristalinas.
Se utiliza para preparar la fibra antes de la tinción. Aviva los colores, si son claros da mejores
resultados. Tiene una resistencia media a la luz.
Se aplica junto con el crémor tártaro, preferentemente para mordentar lana. Si se usa en
exceso, la lana se satura y se vuelve áspera.
No es tóxico, es muy astringente por lo que puede secar la piel.
Crémor tártaro
(tartrato, ácido de potasio). Es un polvo blanco que se obtiene del sedimento
que se forma en el fondo de los barriles de vino. Se utiliza antes del teñido y, en muchos
casos, en combinación con el alumbre. Recomendado para lana de oveja, alpaca llama, así
como seda y otras fibras animales. No se recomienda usar en fibras vegetales. Da brillo y
uniformidad. Matiza los colores y tiende a dar tonos violáceos.
Sal
(cloruro de sodio). La sal puede utilizarse en el momento del teñido. Sirve para reforzar el
efecto del mordiente y fijar el color, haciéndolo más parejo.
Arcillas y barro.
Se emplean para fijar y oscurecer los tintes. Generalmente, se aplican
después del teñido para oscurecer los colores. Hay quienes entierran las fibras en la arcilla o
barro por varios días. Se utilizan de preferencia, cuando el tinte procede de maderas.
También se usan como mordientes el salitre y la cal, preferentemente durante el teñido; sus
efectos varían de acuerdo con la composición química.
El alumbre es el mordiente más utilizado
.