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Sulfato de hierro
(venenoso). Se utiliza después del teñido y cuando se desea oscurecer el color.
Vuelve las fibras más ásperas.
Se puede sustituir por agua de hierro (ver el recuadro). Se obtienen
tonos mates y oscuros.
Sulfato de cobre
(venenoso). Polvo cristalino de color verde pálido. Se usa después del
teñido. Resistente a la luz. Puede ser utilizado sólo como mordiente añadido para oscurecer
los colores o modificar los colores que se deseen matizar en verde. Se puede suplir si el
teñido se procesa en olla de cobre.
Cloruro estañoso.
Debe usarse en pequeñas cantidades, porque puede dañar la fibra. Se
aplica después del teñido para aclarar los colores.
Bicromato de potasio
(venenoso y corrosivo).
Polvo anaranjado, muy sensible y reactivo a
la luz, por eso debe usarse con precaución y en cantidades pequeñas. Puede aplicarse antes
o después del teñido y nunca mezclarse con otros mordientes. Cambia el color de los tintes
procedentes de las maderas.
Otras sustancias.
Estas sustancias no son propiamente mordientes, pero ayudan a fijar el
color, proporcionando suavidad y brillo a las fibras. Entre éstas figuran las siguientes:
o
Orina.
Para esto se utiliza la orina de varones fermentada por algunos días. Sirve
para variar el color después del teñido. También se usa para fermentar las plantas
tintóreas y extraer los tintes.
o
Vinagre o ácido acético.
Se usa como agente para fijar o avivar los colores. Se
utiliza con tintes rojos y rosados.
o
Jugo de limón.
Se emplea
para avivar y aclarar los colores.
o
Pulque y chicha.
Bebidas tradicionales fermentadas y ácidas: se utiliza la chicha
de maíz y la de plátano verde.
Proceso de preparación de plantas como mordientes para lana.
Agua de hierro
Se ponen a remojar por varios días
objetos de hierro en agua para que se
oxiden: clavos esponjillas, chatarra,
etcétera. Habrá que hacer pruebas para
determinar la cantidad correcta.