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El paisaje ha servido para diferentes fines: en algunas culturas funciona como un recurso espiritual,
basado en la experiencia de observar la magnitud y lo sublime de la naturaleza; para otros sólo sirve para
dar una noción del espacio en que se habita, funcionando como una representación del entorno; pero hay
a quienes les ha servido como un recurso para tener un esquema del espacio, teniendo una finalidad más
utilitaria, tal es el caso de las culturas antiguas, como la egipcia, que hizo representaciones de paisajes
en las que se hacía presente la ubicación de las tumbas de los nobles.
Más tarde, durante el periodo de la Edad Media y el Renacimiento, el paisaje cobró otros significados,
siendo una forma de representación de la divinidad del creador y, sin perder de vista que la religión regía
la expresión artística, se inició la representación realista-paisajística en temas religiosos, un ejemplo de
esto fueron las obras del artista Giotto, quien mostró en escenas religiosas los escenarios de la realidad,
haciendo a un lado el fondo dorado característico de esa época. A diferencia de la Edad Media, el
Renacimiento mostró cierta independencia, comenzando a considerarse estas representaciones de forma
idealizada, mostrando los elementos de la naturaleza y del paisaje. En España, durante este periodo, el
paisaje mostró gran presencia de lo
tipográfico
y de lo
botánico
, cobrando gran fuerza en los temas
propios de la naturaleza, como la atmósfera creada por la luz.
Años más tarde, durante el Romanticismo, los artistas realizaron obras retomando el tema de la
naturaleza, en las que expresaron sentimientos por medio de atmósferas, como en la obra del artista
William Turner, en la que expresa de forma acertada el
temperamento
y la magnitud de la naturaleza.
Este artista ha sido uno de los más expresivos dentro del género del paisajismo, representando en sus
obras su propio ser. Los temas muestran la grandiosidad y la fuerza de la naturaleza sobre el hombre; en
sus obras aparecen escenas de catástrofes, huracanes y tormentas, entre otras.
Otro artista de esta época es John Martin, que muestra la misma fuerza e intensidad de emociones tanto
en su aplicación técnica, como en la selección de temas y la forma de retomarlos. Por ejemplo, en su
obra
El fin del mundo
muestra una atmósfera muy peculiar en colores grises, negros y azules, que
enmarcan el tema principal, y una atmósfera en colores rojos y amarillos, que nos hacen presente la
catástrofe de la escena.
Si prestamos atención a los ejemplos anteriores, identificaremos que el género del paisaje se ha ido
transformando, siendo no sólo una representación sublime, sino también una representación emocional
de los sentimientos del artista.
En la actualidad, varios artistas contemporáneos no sólo plasman en un soporte las sensaciones o
emociones que les causa un paisaje, sino que llevan a cabo instalaciones donde el espectador puede
recrear la experiencia del paisaje observado por el artista; para esto llegan a hacer uso de diferentes
recursos técnicos, como iluminación artificial, aromas, texturas, entre otros, con la finalidad de crear una
experiencia a través de los sentidos con base en lo modificado en el espacio.
Al observar tu entorno, cuántas veces te ha venido a la mente un paisaje, simplemente por escuchar un
sonido, percibir un olor o sentir una textura. Desarrolla el siguiente ejercicio: piensa en un paisaje de tu
entorno, partiendo de la imagen mental realiza una actividad de memoria donde partas primero de las
sensaciones que te causa este espacio. Para apoyarte, realiza una lista de estas sensaciones,
posteriormente analiza por qué este espacio te causa dicha experiencia. Te puedes basar en el
reconocimiento de los elementos presentes en esta imagen, recuerda considerar los elementos del
lenguaje visual y los compositivos y contextuales.
Posteriormente, realiza un boceto que hable de este espacio y de las emociones que te provoca el
reconocimiento de este lugar. La finalidad de este ejercicio no es sólo representar el espacio, sino
plasmar la sensación que causa la experiencia de observar la naturaleza.
Te recomendamos que hagas uso de pinturas de agua, como acrílicos o acuarelas. Toma en cuenta que
el soporte sea el adecuado, es decir, que sea un papel que favorezca el uso de materiales, como el
acrílico o la acuarela.