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Sesión 96. Exfoliantes
Propósito
Identificarán las características de algunas sustancias exfoliantes y su aplicación.
La epidermis se forma de cuatro capas de células que regeneran la piel constantemente. Las células van
avanzando desde la base hasta la superficie de la epidermis, donde las células más viejas mueren
se
desprenden quedan depositadas sobre la epidermis. Este proceso natural se conoce como exfoliación y
ocurre en toda la piel del cuerpo, con ciclos de 28 a 30 días.
Las células muertas, junto a otras impurezas que están en la piel, producen descamación y sequedad,
pueden obstruir los poros y generar las condiciones para el desarrollo de microorganismos que
pueden ocasionar alguna enfermedad. Con el fin de eliminar las células muertas, se pueden usar
exfoliantes.
Los
exfoliantes
son preparados que contienen
gránulos
que
permiten
barrer
las
células
descamadas e impurezas de la piel, además
de otros ingredientes que la limpian, nutren y
suavizan.
También
proporcionan
otros
beneficios, como activar la circulación, suavizar
la piel y promover la regeneración de células
nuevas. Así se fortalece la piel y recupera su
elasticidad.
Entre los ingredientes naturales para exfoliar
se encuentran el azúcar, avena, sal, granos de
café, arena, arcillas o barro, arroz, entre otros.
El uso de exfoliantes debe tomar en cuenta las siguientes recomendaciones:
•
Cuando se apliquen una exfoliación por primera vez o después de mucho tiempo, se debe hacer una vez
a la semana durante el primer mes. Después, reducir la frecuencia a una cada 15 días para evitar que la
piel se irrite.
•
Si la piel es grasosa, habrá que exfoliar dos o tres veces por semana, mientras que si es seca, bastará
con hacerlo una sola vez a la semana. Para pieles muy sensibles o muy secas, la exfoliación será una
vez, cada tres semanas.
•
La exfoliación de la cara se debe realizar sólo a partir de los 18 años y se recomienda utilizar productos
como el azúcar morena molida o la sal, cuya granulación es más pequeña.
•
Los exfoliantes siempre se aplican sobre la piel húmeda y se recomienda hacerlo durante el baño.
•
Aplicar el producto específico para el tipo de piel con una esponja o con las manos, dando un masaje con
movimientos circulares en el vientre, las caderas, nalgas y extremidades, prestando especial atención a
las zonas más secas y ásperas. Para la espalda, usar un cepillo de mango largo.
•
En el rostro, después de lavarlo y aún húmedo, aplicar el exfoliante con la yema de los dedos y masajear
en círculos con suavidad.
•
Retirar el exfoliante con agua tibia frotando suavemente con las manos para quitar cualquier resto.
•
Tras la exfoliación, debe aplicarse un hidratante adecuado al tipo de piel.
La regeneración de la piel produce la acumulación de
células muertas en la superficie.