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Para hidratar la piel y, como se mencionó anteriormente, tomar suficiente agua, alimentarse bien,
comer frutas y verduras, las cuales aportan vitaminas y minerales que ayudan a conservar la
elasticidad y la hidratación de todo el organismo, la actividad física contribuye a mantener una piel
saludable y elástica.
Otros factores que afectan la hidratación de la piel son los trastornos metabólicos o enfermedades,
consumo de alcohol, fumar, dormir poco, la radiación solar, el polvo, entre otros.
En cuanto a la humectación, la piel cuenta con humectantes naturales en las secreciones de las
glándulas sebáceas. Éstos cubren la piel y evitan la pérdida de agua. Sin embargo, pueden ser
insuficientes debido a condiciones de salud o del medio. Para contribuir a mantener la humectación de
la piel, se emplean preparados que contribuyen a mantenerla hidratada, principalmente aceites que
pueden ser de origen vegetal, animal o mineral. El problema de usar estos últimos es que son
derivados del petróleo y carecen de elementos nutritivos, además de que pueden alterar las funciones
celulares y bloquear los poros.
La cosmetología natural opta por los aceites vegetales, elijan humectantes hechos con aceites vegetales
porque son compatibles con la piel, ya que contienen ácidos grasos, aminoácidos y minerales que también
forman parte de las secreciones de la piel. Además, tienen una gran capacidad de penetración y no
interfieren con las funciones naturales de la piel. Entre los aceites más utilizados están el de oliva, palma,
almendras, germen de trigo, ricino, coco, aguacate, zanahoria, maíz y ajonjolí.
Otros ingredientes naturales utilizados como humectantes son las hierbas y sus derivados (aceites
esenciales, extractos e infusiones), pues contienen compuestos naturales que suavizan, tonifican y
mejoran la piel. Algunas frutas, la leche, el yogur y la miel aportan vitaminas, minerales y otros nutrientes
que enriquecen la piel.
Algunos de los preparados que podrán elaborar para humectar su piel son los siguientes:
Humectantes para todo tipo de piel
Aceites vegetales.
Después del baño y sobre la piel todavía húmeda, extiéndanlos sobre su piel y
masajeen hasta que se absorban por completo. Pueden añadir algunas gotas de limón para refrescar
y tonificar la piel.
Uva.
Machaquen o muelan un racimo pequeño de uvas verdes. Apliquen sin colar sobre su piel,
esperen 15 minutos y enjuaguen con agua fría.
Sandía.
Machaquen cuatro rodajas de sandía y apliquen en su rostro 15 o 20 minutos. Enjuaguen con
agua fría.
Pepino.
Muelan un pepino y apliquen la pasta sobre su piel. Esperen 20 minutos antes de enjuagar
con agua fría.
Papa.
Mezclen una papa deshidratada con leche descremada. Apliquen esta mascarilla en su rostro.
Sábila y aceite de oliva.
Machaquen una penca de sábila y cuélenla. Mezclen con aceite de oliva y
unas gotas de limón. Añadan a la crema que usan habitualmente y manténganla en frío.
Bálsamo hidratante.
Mezclen en un recipiente de vidrio o cerámica una cucharada de miel, una
cucharada de aceite vegetal y el jugo de medio limón. Froten esta mezcla en manos, codos, talones y
donde sientan la piel seca. Dejen actuar 10 minutos y luego enjuaguen con agua tibia.
Leche hidratante.
Mezclen una parte de jugo de pepino, una parte de agua y una parte de leche.
Agiten bien y conserven en un lugar frío, si pueden dentro del refrigerador. Apliquen en áreas con piel
seca hasta que se absorba.