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Libro para el maestro
A N E X O 2
deste gusto al mejor tiempo;
que llevándolo sabido,
será el desengaño menos;
que es hacer burla del daño
adelantarle el consejo.
Y con esta prevención
de que, cuando fuese cierto,
es todo el poder prestado
y ha de volverse a su dueño,
atrevámonos a todo.—
Vasallos, yo os agradezco
la lealtad; en mí lleváis
quien os libre, osado y diestro,
de extranjera esclavitud.
Tocad el arma, que presto
veréis mi inmenso valor.
Contra mi padre pretendo
tomar armas, y sacar
verdaderos a los cielos.
Puesto he de verle a mis plantas…
[Aparte.]
(Mas si antes desto despierto
¿no será bien no decirlo,
supuesto que no he de hacerlo?)
TODOS:
¡Viva Segismundo, viva!
ESCENA IV
Sale CLOTALDO.
CLOTALDO:
¿Qué alboroto es éste, cielos?
SEGISMUNDO:
Clotaldo.
CLOTALDO:
Señor…
[Aparte.]
(En mí su
rigor prueba.)
CLARÍN:
[Aparte.]
(Yo apuesto
que le despeña del monte.)
[Vase.]
CLOTALDO:
A tus reales plantas llego,
ya sé que a morir.
SEGISMUNDO:
Levanta,
levanta, padre, del suelo;
que tú has de ser norte y guía
de quien fíe mis aciertos:
que ya sé que mi crianza
a tu mucha lealtad debo.
Dame los brazos.
CLOTALDO:
¿Qué dices?
SEGISMUNDO:
Que estoy soñando y que quiero
obrar bien, pues no se pierde
el hacer bien, aun en sueños.
CLOTALDO:
Pues, señor, si el obrar bien
es ya tu blasón, es cierto
que no te ofenda el que yo
hoy solicite lo mesmo.
¡A tu padre has de hacer guerra!
Yo aconsejarte no puedo
contra mi Rey, ni valerte.
A tus plantas estoy puesto:
dame la muerte.
SEGISMUNDO:
¡Villano,
traidor, ingrato!
[Aparte.]
(Mas ¡cielos!
el reportarme conviene,
que aún no sé si estoy despierto.)
Clotaldo, vuestro valor
os envidio y agradezco.
Idos a servir al Rey,
que en el campo nos veremos.—
Vosotros, tocad al arma.
CLOTALDO:
Mil veces tus plantas beso.
[Vase.]
SEGISMUNDO:
A reinar, fortuna, vamos;
no me despiertes, si duermo,
y si es verdad, no me duermas;
mas sea verdad o sueño,
obrar bien es lo que importa;