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LA ENTIDAD DONDE VIVO
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Cuando los españoles llegaron a estas tierras, se inició
el intercambio de las costumbres: la forma de vestir, la
religión y la alimentación. De España trajeron caballos,
vacas y puercos; cereales, como el trigo y la cebada, y
frutas que no había en la región: naranjas, manzanas y
dátiles.
¿Has comido algunos alimentos que
trajeron los españoles a Baja California?
Los misioneros sabían que para relacionarse con los nativos
de la región era importante la presencia de los soldados, así
que siempre se hacían acompañar de ellos. Para establecer
relaciones amistosas, les ofrecían obsequios, que consistían
en comida y artículos que fueran novedosos para los
indígenas; estos contactos se aprovechaban para aprender
la lengua de los nativos y poder comunicarse, con la
intención de acercarlos a las misiones.
Conforme aumentaba el número de misiones, más
indígenas quedaban bajo la influencia de los misioneros.
Después del amanecer, los indígenas se levantaban para
ir a la iglesia en donde cantaban oraciones y decían
algunos rezos, palabras que aprendieron a repetir sin
que la mayoría de ellos entendiera su significado.
Después iban a la cocina a beber atole de maíz que habían
preparado para ellos, de ahí se dirigían a los campos de labor
bajo la supervisión de un jefe. Los cultivos de las misiones
y los productos que ahí se elaboraban se destinaban al
consumo de sus habitantes.
Por la falta de recursos y alimentos suficientes, los indígenas
sólo podían permanecer en las misiones por periodos cortos,
pero durante su estancia además de recibir evangelización,
ayudaban a la construcción y reparación de las misiones y en
los quehaceres domésticos.