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La traición de Victoriano Huerta provocó
desorden en el país. El presidente Madero y el
vicepresidente Pino Suárez fueron asesinados.
Huerta fue presidente en medio del caos que
vivía el país y trató de calmar a los seguidores
de Madero.
El gobernador de Coahuila, Venustiano
Carranza, invitó a todos los gobiernos estatales
a rebelarse en contra de Huerta.
El 6 de junio de 1913 dos personas del gobierno
de Madero visitaron a Castilla Brito para invitarlo
a seguir a Carranza.
Castilla Brito decidió rebelarse contra Huerta,
quien le pidió su renuncia el 8 de junio. Al
día siguiente, Brito dio la señal de rebelión;
esa noche hizo salir de su casa a los cajeros
de los bancos y les exigió préstamos para la
Revolución. Se cortó el telégrafo y la entidad
quedó incomunicada.
Castilla Brito salió hacia el sur de la ciudad para
fortalecerse; contaba con 300 hombres mal
armados. La entidad quedó sin autoridades, no
había policía y tampoco gobernador.
Por ley, el licenciado Felipe Bueno, quien era
presidente del Tribunal Superior de Justicia,
pasó a ser gobernador.
El 28 de junio llegó a gobernar Campeche el
general Manuel Rivera, enviado por Huerta.
Rivera se organizó con sus tropas para perseguir
a Castilla Brito y lo alcanzó en la hacienda El
Pital, cerca de la laguna de Términos, pero no
logró derrotarlo.
En septiembre, cuando Castilla Brito se
encontraba en Shacabchén y contando con muy
poca gente, llegó el capitán Tomás Villena con
100 hombres; Brito salió a su encuentro a la altura
del lugar llamado Zacatal, pero Villena lo derrotó.
Todos los que participaron en esta rebelión
fueron perdonados por acuerdo del general
Huerta.
Manuel Castilla Brito.
Manuel Rivera.