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La noticia de la derrota de
Hidalgo se conoció en 1811,
después de haber sido
aprehendidos los principales
insurgentes en Acatita
de Baján, Coahuila. El
ayuntamiento de la Villa de
Chihuahua ordenó festejos
y se iluminaron las calles
como muestra de júbilo.
Al cabo Miguel
Ortega, tu crianza fina,
tu índole y estilo amable,
siempre te harán admirable
aun con gente peregrina.
Tiene protección divina,
la piedad que has ejercido
con un pobre desvalido
que mañana va a morir
y no puede retribuir
ningún favor recibido.
Al alcalde Melchor
Melchor, tu buen corazón
ha adunado con pericia
lo que pide la justicia
y exige la compasión.
Das consuelo al desvalido
en cuanto te es permitido
y agradecido Miguel,
te da las gracias rendido.
Miguel Hidalgo y Costilla.
Ignacio Allende.
Juan Aldama.
José Mariano Jiménez.
Hidalgo y los demás caudillos fueron trasladados a Chihuahua para ser juzgados, porque en
este lugar la lucha insurgente no contaba con el apoyo popular. Allende, Jiménez y Aldama
fueron sentenciados a muerte y fusilados. A Hidalgo le retiraron su cargo sacerdotal y luego
le hicieron un juicio militar. Estuvo preso durante tres meses, incomunicado y vigilado, en
la torre de la capilla del Excolegio de Jesuitas (hoy Museo Casa Chihuahua). En la prisión
tuvo el respeto y trato amable de sus carceleros: el alcalde Melchor Guaspe y el cabo
Miguel Ortega, a quienes agradeció con unos versos escritos con carbón en las paredes
del calabozo.
Lee los siguientes versos, subraya las palabras que desconozcas y busca su
signifcado en el diccionario.