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Dios, Canatlán, Santiago Papasquiaro, San Juan del Río, Nazas y Cerro Gordo, que
adquirieron vocación de centros comerciales. La riqueza en producción minera en la
ciudad de Durango, que logró ocupar el cuarto lugar en Nueva España, hizo posible
la construcción de notables monumentos arquitectónicos, como la casa del conde de
Súchil y la residencia de Juan José de Zambrano, hoy Museo Francisco Villa, a la
cual se le anexó un teatro particular.
La agricultura
La actividad agrícola mejoró con el uso de arados, azadones,
abonos
de animales y
el cambio de cultivos. Esta actividad se desarrolló en los valles de Nombre de Dios,
Guadiana, Canatlán, Guatimapé, Santiago Papasquiaro, Poanas y Súchil.
Algunas de las primeras haciendas que hubo en Durango fueron las de San Juan
Bautista de Poanas, San Amador del Mortero, Santa Catalina del Álamo, Navacoyán
y Guatimapé. Con el tiempo, estas haciendas se convirtieron en las unidades de
producción más importantes.
La ganadería
Fue otra actividad que tuvo gran desarrollo. De España trajeron algunos animales,
como caballos y mulas, que fueron utilizados en la agricultura.
En la jurisdicción de Durango, el número de cabezas de ganado mayor y menor
ascendía a 161 376, muestra indudable de los progresos económicos que se estaban
logrando en esa actividad, lo que indicaba que había capacidad sufciente para
satisfacer la demanda de productos animales en varios puntos de la provincia.
El comercio
La construcción de caminos permitió
llevar mercancías a la mayoría de las
poblaciones. Así fue como el comercio
se convirtió en una importante actividad
económica de la época virreinal, ya que
constituía, en ese momento, el vínculo
más dinámico a nivel interregional y con
el exterior.
Municipio Cuencamé.