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El comal le dijo a la olla:
—Oye olla, oye oye,
si te has creído que yo soy recargadera
¡búscate otro que te apoye!
Y la olla se volvió hacia el primero:
—¡Peladote! ¡Majadero!
Es que estoy en el hervor de los frijoles
y ni ánimas que deje para
asté
todo el brasero.
El comal a la olla le dijo:
—¡Cuando cruja no
arrempuje
!
¡Con sus tiznes me ha estropeado ya de fijo
la elegancia que yo truje!
Y la olla por poquito se desmaya:
—¡Presumido! ¡Vaya, vaya!
¡Lo trajeron de la plaza percudido
y ni Ánimas que diga que es galÁn de la pantalla!
El comal y la olla
T
EXTO
: Francisco Gabilondo Soler
I
LUSTRACIÓN
: Caldo de Pollo