Emiliano Zapata, general en jefe del Ejército Libertador de
Sur y Centro.
Francisco Villa, general en jefe de la División del Norte.
Pedro Larragoiti Gómez ejecuta música de huapango con el violín; su pata de palo sustituye la pierna derecha que perdió
en un combate. Lo acompaña Bernardino Tamariz Campoy. Yahualica, hacia 1918.
El movimiento revolucionario también fue motivo para que, a través de la música, la pintura,
la literatura y otros oficios, se expresara artísticamente lo que ocurría en los campos de
batalla y en la sociedad.
Las letras de muchas canciones de la época, como “La cucaracha”, “La Adelita” y “La
Valentina”, expresaban el sentir de las clases populares. Por su parte, los corridos narraban
epopeyas militares, tragedias y hechos sobresalientes de la vida de México. Como la mayoría
de la población no leía periódicos porque era analfabeta, los corridos cantados en los
mercados y ferias servían para que la gente se enterara de noticias importantes.
Verso que se canta en
el son huasteco “La leva” o
“El soldado de levita”.
Yo fui soldado raso
de mi general Carranza,
pero me pasó un fracaso
arrastrándome de panza
con mi máuser en el brazo
y sin ninguna esperanza.
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