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La conquista de Nueva Galicia
El principal interés de los conquistadores españoles era conseguir
metales preciosos, como el oro y la plata, y los indígenas que
habían conquistado en el valle de México les dijeron en dónde
podían hallarlos. La falta de unidad de los indígenas del occidente
mesoamericano, y su costumbre de recibir con regalos a las
personas, favoreció la conquista española. Ésta se inició por el sur
de lo que hoy es nuestro estado y por el vecino estado de Colima,
con las expediciones enviadas por el conquistador de México
Hernán Cortés, entre 1522 y 1525.
Francisco Cortés de San Buenaventura, sobrino de Hernán
Cortés, junto con sus hombres, sólo estuvieron un corto periodo
de tiempo. Sin problemas, pudieron establecerse primero en
Colima, después en Autlán, luego en Etzatlán y por fin en Xalisco,
lugar cercano a la actual ciudad de Tepic, en el estado de Nayarit.
El conquistador Nuño Beltrán de Guzmán permaneció por más
tiempo en la región. Al llegar, no encontró mayor oposición por
parte de los habitantes originales; sin embargo, tuvo que enfrentarse
con las dificultades que le representaban el clima y el terreno
inhóspito del paisaje de Jalisco.
El ejército de Nuño de Guzmán estaba compuesto por
españoles bien armados y preparados para la guerra; de igual
manera, lo acompañaban miles de indígenas de los pueblos
con los que había hecho alianzas o habían sido derrotados. Los
indígenas servían como guerreros y cargadores.
A principios de 1530, Nuño de Guzmán y su ejército entraron
al centro de Jalisco. Después de pasar por diferentes lugares
llegaron a Tonalá, que era la población más importante y tenía
como tributarios a los señoríos de Tlaquepaque, Tololotlán,
Coyolan, Mexquitan, Tzalatitan, Atemajac, Tetlán, Tateposco,
Tlaxomulco, Cuescomatitán, Coyutlán y Toluquilla.
Códice Telleriano-Remensis
f.44r, (detalles),
Biblioteca Nacional de Antropología.