79
Vivienda
Las viviendas de los españoles eran de adobe, amplias, sólidas
y altas, tratando de imitar las construcciones de las ciudades
europeas. Las de los indígenas también eran de adobe, pero
con un solo cuarto y por lo general tenían techo de paja.
Epidemias y calamidades
Entre 1735 y 1747, la vida cotidiana se vio afectada por dos
epidemias que causaron gran mortandad en toda la población de
Nueva Galicia, afectando sobre todo a los indígenas. Por si fuera
poco, entre 1785 y 1786 se produjo una gran sequía en la región;
los alimentos escasearon, su precio aumentó y las pocas reservas
fueron llevadas a la ciudad de Guadalajara; esta situación hizo que
aumentaran los bandidos en la región. Por los efectos que causó
se le llamó “año del hambre”.
El año de la peste y el hambre hizo que el obispo de
Guadalajara, fray Antonio Alcalde y Barriga, tomara la iniciativa
de establecer un nuevo edificio para hospital de la ciudad.
Él mismo proporcionó el dinero para iniciar las obras, y para
el año de 1793 el hospital de Belén ya estaba funcionando.
Desafortunadamente, el obispo no alcanzó a verlo terminado,
pues murió en 1792. En la actualidad, sigue funcionando con el
nombre de Hospital Civil fray Antonio Alcalde.
El cuidado de los desvalidos
Un problema social en la vida cotidiana de las ciudades consistió
en la atención a los niños huérfanos y desamparados. Para
cuidarlos y formarlos, la beneficencia virreinal lo hizo con la
llamada Casa de la Misericordia, que con el paso del tiempo sería
conocida como Hospicio Cabañas, pues su promotor principal fue
el obispo de Guadalajara Juan Cruz Ruiz de Cabañas y Crespo.
Desarrollo cultural
Con el paso de los años, Guadalajara se convirtió en la ciudad más
importante del occidente. Se fundó la Real y Literaria Universidad
de Guadalajara en 1792 y se estableció la primera imprenta en 1793.