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La vida nómada
Los primeros pobladores de Nuevo León eran nómadas, es decir, iban de un
lugar a otro. Siguiendo a los animales que cazaban y buscando las plantas y
semillas que necesitaban para su alimentación. Aunque no vivían demasiado
tiempo en un solo sitio, se movían siempre dentro del mismo territorio y
levantaban sus campamentos o escogían sus cuevas y refugios en los mismos
lugares, a los que volvían de acuerdo con las estaciones del año.
En invierno preferían vivir en cuevas o bajo abrigos rocosos y en
primavera o verano levantaban sus campamentos a cielo abierto. Para
disponer de agua, acampaban cerca de los ríos, ojos de agua o manantiales.
Si el calor era extremo, construían casas semisubterráneas, armando sus
chozas de vara o de carrizo sobre agujeros que excavaban en la tierra y
que cubrían con techo de zacate. Sus casas eran redondas y muy ligeras;
así, cuando tenían que mudarse, ¡se las podían llevar!
Cuando se establecían a cielo abierto, los campamentos estaban
formados por alrededor de 15 viviendas que acomodaban en línea recta o
en forma de media luna.
Cómo vivían los primeros pobladores.