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Fiesta de la candelilla, en Higueras, Nuevo León
Cada año, el 11 de diciembre, la población de Higueras se viste de festa y
recibe a muchos visitantes que llegan de todas partes a presenciar una
de las celebraciones más antiguas de Nuevo León. En torno a la plaza,
los habitantes del pueblo apilan abundantes ramas de candelilla, un arbusto
de la región, en espera de que caiga la noche y llegue el momento de
encenderlas.
No se sabe cuándo empezó la tradición: algunos dicen que la trajeron los
españoles, pero otros piensan que se trata de una antigua costumbre de
los indígenas que habitaban en la zona.
Según cuentan, los hombres deben salir al monte a cortar la candelilla y
regresar con las ramas sobre sus hombros en señal de penitencia. Además,
la candelilla debe cortarse con las manos o los pies, pero nunca con machete
porque si lo hacen así, no arderá la noche de la festa.
Antes de comenzar, se acomodan las ramas de candelilla en pilas de
dos metros de alto. Cuando llega el momento, el obispo las bendice y los
viejos del pueblo se acercan y las encienden. De inmediato arden las pilas
levantándose inmensas luminarias que
ofrecen un espectáculo fantástico.
Durante la festa no puede
faltar la Danza de los matachines,
acompañados por la música de la
tambora y el violín. Cuando las
luminarias comienzan a convertirse
en brasas y cenizas, empiezan los
cohetones a surcar el cielo y estallan
en mil colores. Para la ocasión todos
los asistentes visten sus mejores
atuendos, sin faltar en los hombres el
sombrero norteño.
Iglesia de Higueras.