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La arquitectura virreinal y las artes
El auge económico que generó la producción y comercio de la grana cochinilla en la región
de la Mixteca, al igual que la ganadería y la agricultura en los Valles Centrales y en algunas
otras, como el Istmo y la Llanura Costera, permitió el desarrollo de la arquitectura y el arte
virreinal y, sobre todo, del arte sacro, que en la Mixteca tuvo gran relevancia debido a
que el poderoso encomendero Gonzalo de las Casas contrató, en 1575, al artista plástico
Andrés de la Concha para pintar los cuadros del gran retablo del templo de Yanhuitlán, y
a Simón Pereyns para otras obras en el templo de Teposcolula.
En el siglo
XVII
la arquitectura virreinal se caracterizó por el estilo barroco, el cual
tuvo un vigoroso impulso en la Antequera. Así lo reflejan los barrios, las calles, las
edificaciones y las plazoletas construidos en esa época.
En el siglo
XVIII
, el máximo exponente del arte novohispano fue el pintor Miguel Cabrera,
nacido en Tlalixtac. Una de las máximas obras de la pintura virreinal fue suya:
La Inmaculada
Concepción
; así como el célebre retrato que hizo de Sor Juana Inés de la Cruz. También son
dignas de mención las obras que se encuentran en el templo de Yolomécatl, en la Mixteca
Alta, realizadas por el sevillano Sebastián López de Arteaga, discípulo de Zurbarán –pintor
español representante del estilo barroco–, famoso por la perfección con que representaba
vírgenes y mujeres jóvenes.
Obra representativa del siglo
XVI
en la región de la Mixteca,
templo de Yanhuitlán.
La capilla abierta de
Teposcolula, joya de la
arquitectura de siglo
XVI
.