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A mediados de 1915, el gobierno local rompió con Carranza. Dávila manifestó que el estado
de Oaxaca no reconocería a ninguna de las facciones revolucionarias en representación del
poder nacional, hasta que no estuviera establecido el orden constitucional en la República.
El año del hambre
La aparición de la plaga de langostas en cantidades tales que oscurecían el cielo, y la falta
de lluvia fueron los antecedentes de la escasez de alimentos en el estado. Por esta razón,
1915 es recordado como “el año del hambre”. El problema fue mayor debido a que algunos
hacendados ocultaron el maíz y el frijol en sus graneros para venderlos más caros.
Dos proyectos en conficto
En 1916, Oaxaca era gobernada por dos fuerzas: la soberanista, en la ciudad de Tlaxiaco,
y la carrancista o constitucionalista, bajo el mando del general Jesús Agustín Castro, quien
despachaba en la ciudad de Oaxaca.
El enfrentamiento entre ambas fuerzas duró varios años. La Sierra Juárez fue territorio
soberanista hasta 1920, en tanto que el Istmo, la Llanura Costera y Tuxtepec, al igual que
parte de los Valles Centrales, incluida la ciudad de Oaxaca, fueron dominados por la causa
constitucionalista.
La sucesión presidencial de 1920 agudizó el conFicto. El gobernador Dávila fue asesinado
en un paraje de la Sierra Sur del estado, donde la población serrana estaba reacia a negociar
con el presidente Carranza. Por otro lado, Guillermo Meixueiro, desde Miahuatlán, pactó
el cese al fuego con el general carrancista Pablo González. Sólo así pudieron realizarse
las elecciones para renovar los poderes ejecutivo y legislativo en Oaxaca, y en el ámbito
nacional, en abril de ese mismo año.
El movimiento que dirigía el general sonorense Álvaro Obregón, contrario al presidente
Venustiano Carranza, triunfó.
En muchos lugares del estado, el ferrocarril sustituyó los medios de transporte
tradicionales como el de tracción animal en la ciudad de Oaxaca.