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En ciudades como San Juan del Río y
Santiago de Querétaro se instalaron
estos postes y cables de telégrafo, que
permitieron comunicarse de manera
rápida con la ciudad de México y con
otros puntos del país sin necesidad de
enviar cartas o mensajes por correo.
Esto agilizó la comunicación y
modernizó la manera en que los
habitantes de Querétaro enviaban
noticias y mensajes importantes.
Después de algunas décadas, el telégrafo
alcanzó comunidades ubicadas en
lugares más alejados de la capital del
estado, como los pueblos de la Sierra
Gorda y de la Mesa Central.
y no tenía que esperar su respuesta en la oficina de
telégrafos o en la de correos.
El paisaje se alteró una vez más, pues junto con las
instalaciones del telégrafo, se colocaron los postes y cables
del teléfono.
En las ciudades grandes se instalaron servicios que
actualmente utilizamos, como luz eléctrica y alumbrado
público; asimismo se modificó el sistema de distribución de
agua y drenaje. Sin embargo, estos progresos se observaron
sólo en los centros urbanos, como Santiago de Querétaro y
San Juan del Río, donde las casas del centro comenzaron a
tener agua corriente y desagüe.
El teléfono también fue un invento que llegó a México durante el Porfiriato. La
ciudad de México fue el primer lugar donde se instaló este servicio. Sin embargo,
en 1882 llegó a Santiago de Querétaro y poco a poco se fue extendiendo por otras
partes del estado, ya que representaba una gran ventaja: una llamada telefónica
era recibida inmediatamente por la persona con la que alguien quería comunicarse,
Durante el Porfiriato, líneas férreas y de telégrafo
se convirtieron en parte del paisaje cotidiano de las
comunidades rurales de nuestro estado.
La modernidad implicó la
introducción de servicios, como el
drenaje y el alumbrado público.