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Lo que queda vivo de las culturas
prehispánicas
En el estado de Sinaloa puede verse aún la presencia de muchos
rasgos culturales heredados de nuestros ancestros prehispánicos.
La lengua cahita es uno de los mejores ejemplos: muchos
sinaloenses la tienen como habla materna, sobre todo en la región
norte del estado. Son innumerables las palabras cahitas que
empleamos en nuestro lenguaje cotidiano, por ejemplo, petates,
molcajetes, canastos, metates, son una herencia de esa época.
La forma de cocinar los alimentos es similar o incluso la misma
que utilizaban nuestros antepasados; el maíz, el frijol, la calabaza
y el chile, entre otros productos del campo, se siguen empleando
como comestibles de consumo cotidiano. Lo mismo ocurre con las
tortillas, los tamales, el atole y el pinole, derivados del maíz que
se consumen desde hace siglos.
El tomate es herencia de nuestros antepasados prehispánicos;
el juego de ulama, que es el equivalente del juego de pelota
mesoamericano, se practica en municipios como Escuinapa,
Mazatlán, Culiacán, Navolato y Guasave. Se utiliza para ello
una pelota de hule macizo que pesa cuatro kilogramos y tiene
26 centímetros de diámetro, en una cancha llamada taste; los
jugadores usan faja y protectores de cuero y golpean la pelota
con la cadera, enviándola al campo contrario y los adversarios
no puedan devolverla. También se juega golpeando la pelota
con el antebrazo o con un mazo de madera.
Algunas danzas populares, como el pascola y la Danza del
Venado, también tienen origen prehispánico.
En el medio rural subsiste la forma antigua de construir las casas
con varas entrelazadas y recubiertas de barro, que se adaptan
muy bien al calor del campo sinaloense.
Aprendizaje esperado
Identifca aspectos del
legado cultural de los grupos
y culturas prehispánicos
de la entidad.
Sembradores de maíz,
Códice
Florentino
.
Jugadores de pelota,
Códice Durán
.