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El legado cultural del Virreinato se manifestó en Sinaloa de
diferentes formas: en el mestizaje, el idioma, la religión, las
costumbres, las tradiciones, los alimentos, las formas de vestir, de
comunicar, de convivir, de relacionarse, las formas de trabajar, las
actividades culturales fortalecidas a través de lo artístico, como la
música, la poesía, las canciones, etcétera.
El legado cultural son las cosas que nos dejaron nuestros
antepasados y nos permiten tener una identidad basada en
expresiones culturales y sociales.
Nuestros antepasados aprovechaban los recursos que les ofrecía
la naturaleza y construían casas con paredes de barro, techadas
con vara o carrizo, vigas, lodo y teja, con patios interiores que les
permitían soportar el intenso calor característico de nuestra tierra.
De esa mezcla de aportaciones culturales indígenas y españolas
surge la que da identidad a la cultura novohispana, cuyos
elementos aún existen en nuestros días, por ejemplo, templos
jesuitas en Mocorito, Capirato, Badiraguato, Ocoróni, Bamoa, San
Miguel, Pueblo Viejo. En la zona serrana y parte norte y sur del
estado existe una gran riqueza urbano-arquitectónica plasmada
en las edifcaciones virreinales de Cosalá y El Fuerte, que han
sido denominados pueblos mágicos.
De la unión de la mujer indígena y el español surgió el mestizaje,
componente étnico predominante en el sinaloense actual, que
favoreció la difusión de elementos culturales que –como la lengua
española, la religión católica y ciertas formas de organización
familiar– aún subsisten como rasgos importantes de aquella
sociedad virreinal.
En esa época también comenzó la formación de grupos y clases
sociales derivadas de la unión de indígenas y africanos, o de
éstos con mestizos y españoles, lo que dio origen a la estructura
de la sociedad sinaloense actual.
En la alimentación también están fusionados elementos españoles
e indígenas que dieron origen a nuevos alimentos, como el chilorio
de Mocorito, la machaca, los mochomos (que es machaca frita
o carne deshebrada frita con frijoles refritos), el caldillo (la carne
machaca en caldo con papas, tomate, chile y cebolla), los coricos,
el pozole de quelites, el colache (que en el Virreinato se llamaba
bichicori), la chuina (platillo tradicional de Escuinapa que se
prepara con carne de venado), los típicos “tamales tontos”, hechos
únicamente con masa, sin carne ni otro relleno, y los “tamales
barbones”, típicos de la ciudad costera de Escuinapa, hechos de
camarón, en los que la cabeza y las barbas del camarón salen del
tamal; el guacabaqui es un platillo tradicional de las festas de los
indígenas mayos (pascolas), y consiste en un platillo cocido con
Aprendizaje esperado
Reconoce en el legado
del Virreinato elementos
de identidad cultural en
su entidad.
Conservas.
Coricos o tacuarines, galletas de maíz
típicas de Sinaloa.