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Bloque II
Algunos campesinos aún observan las
fases de la luna para saber si es buen tiempo
para sembrar o cosechar, cortar madera y
podar árboles, entre otras cosas.
En casi todos los pueblos había un
curandero al que todos los habitantes
respetaban y consultaban. Éstos creían que el
curandero podía provocar males o beneficios
a otras personas. También pensaban que
podía transformarse en animales como
perro, coyote, víbora, entre otros. Si se
aparecía como tecolote, significaba muerte o
calamidad. Este mito, hoy en día, se cuenta
a los niños indígenas para espantarlos
cuando no se quieren dormir temprano o
simplemente cuando se están portando mal.
Nuestros antepasados valoraban mucho la
naturaleza, sabían que dependían de ella
para subsistir, por eso vivían en armonía con
ella. Por cierto, si ellos lo hacían, nosotros
también podemos y debemos hacerlo.
Un mito yaqui que perdura es el de la
creación, el cual cuenta que los surem son
pequeños humanos que odian el ruido y la
violencia. Cuando recibieron la noticia de la
llegada de los blancos tuvieron que elegir
entre marcharse o quedarse para enfrentar
el futuro. Algunos de los surem se fueron,
pero los que se quedaron se volvieron altos y
fuertes, y al fin se convirtieron en los yaquis,
para tratar de vencer a los blancos cuando
llegaron a sus tierras.
Cuentan las leyendas de los pápagos
que existían dos seres sobrenaturales que
crearon diversas razas de hombres y luego
las destruyeron; estos dioses lucharon entre
ellos, el Mago de la Tierra desapareció,
¡
¡
Anciano¡yaqui.
dejando en el mundo a I,ltoy, quien
finalmente creó a la gente pápago. I,ltoy
expulsó a los hombres creados primero y
ocupó su territorio, la Papaguería.