La expedición de Hernán Cortés
La expedición dirigida por Hernán Cortés llegó a Tabasco el 12
de marzo de 1519, al mismo lugar en que arribó la anterior. Los
indígenas nuevamente se acercaron en sus canoas, pero en esta
ocasión su actitud fue de guerra, pues al retirarse Grijalva de
su territorio, los de Champotón los acusaron de cobardes por
mostrarse amistosos con los extranjeros.
Cortés trató de convencerlos de que venía en paz. Los indígenas
no sólo no le creyeron, sino que amenazaron con matarlo si
desembarcaba en su territorio. Como la indicación no fue atendida,
el combate comenzó, pero las armas de fuego de los españoles
hicieron retroceder a los nativos.
Los españoles se enfrentaron nuevamente a los indígenas de
Tabasco en el poblado conocido como Centla, el 25 de marzo de
ese año. Cuando ambos grupos se encontraban luchando de igual
a igual, Hernán Cortés se presentó por detrás con su caballería, lo
que causó asombro y desconcierto entre los nativos.
Al verse derrotados, los indígenas de Tabasco decidieron pactar la
paz con Cortés y, como muestra de buena voluntad, le presentaron
joyas de oro, comida y veinte doncellas indígenas. Entre estas
veinte mujeres que los españoles tomaron, se encontraba la que
fue bautizada en la fe católica con el nombre de Marina. Hernán
Cortés, por su parte, ordenó que se oficiara misa, se bautizara a las
jóvenes y declaró al pueblo de Centla propiedad del rey de España,
además cambió su nombre por el de Santa María de la Victoria.
¿Sabías que…?
Entre las 20 doncellas
que los indígenas
regalaron a los
españoles, se
encontraba la que
fue bautizada en la fe
católica con el nombre
de Marina, conocida en
la historia como Malinche. Esta joven,
además de chontal, hablaba náhuatl,
lo que le permitió convertirse en la
intérprete de Cortés.
Los indígenas de Tabasco combatieron a
los españoles en Centla.
La Conquista, el Virreinato y la Independencia en mi entidad
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