Por las calles de las ciudades, indígenas y mestizos trabajaban
en distintas actividades: vendían comida, frutas, animales domés-
ticos, o acarreaban agua en ollas que cargaban mediante cintas
de cuero, desde las fuentes situadas en las plazas hasta las casas;
además, solían contar las novedades y las noticias ocurridas en la
comunidad.
En el campo, las casas tenían pequeños terrenos para usar
como huertos o para criar animales, mientras las tierras de cul-
tivo se encontraban a las afueras de los pueblos.
Los grupos sociales de Nueva España convivían en diversos
espacios: ferias, pulquerías, corridas de toros, peleas de gallos,
iglesias, mercados y teatros, así como en las fiestas y procesio-
nes religiosas, entre otras celebraciones que cada pueblo, villa,
ciudad o región organizaba por su cuenta, pero en las que com-
partían rasgos en común.
Con el tiempo, los criollos empezaron a valorar su sentido de
pertenencia a Nueva España, se identificaron con el paisaje y sus
riquezas naturales, así como con su cultura, la comida, el arte y
la música. Sin embargo, la desigualdad de oportunidades frente
a los españoles recién llegados en el siglo xVIII produjo malestar
social.
En esta imagen, la infancia en el irreinato es el tema central.
UN DATO
INTERESANTE
Los infantes de la época virrei-
nal se divertían con juguetes,
como cerbatanas, papalotes,
trompos, pelotas, reatas, co-
lumpios, espadas de madera,
cuernos para imitar a los to-
ros, muñecas de trapo, de za-
cate o de madera, matracas y
aros para hacer burbujas de
jabón.
BLOQUE IV
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