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Reconoces y demuestras las diferencias entre la fábula y la epopeya
palabras, pero de esta forma suavizaré vuestra maldición. Tras lo cual Vasishta
depositó de nuevo su mente en la práctica de la austeridad y el yoga, cuyos
efectos habían disminuido ligeramente por la ira. Los sabios que practican la
austeridad adquieren el poder de la maldición, pero cada vez que usan ese
poder reducen su cúmulo de méritos. Los Vasus se sintieron aliviados y se
acercaron a mí, la diosa Ganga, y me rogaron que fuera su madre; me pidieron
que descendiera a la tierra para engendrarlos y arrojarlos inmediatamente al
río en cuanto nacieran, liberándolos así de la maldición. Por otro lado tú en tu
nacimiento anterior, eras el gran rey Vihsak. Una vez estabas en la corte de
hidra y al llegar yo me miraste con ojos de deseo y quisiste que fuera tuya.
A los moradores de los cielos no les gustó esto y te enviaron a la tierra para
nacer como el rey Santanu, el hijo de Pratipa. De este modo nuestro amor
se ha hecho posible y hemos sido felices. –Mi señor, no trates de detener la
marea del tiempo. Las cosas que han sido ordenadas han de suceder. Ni tú,
ni yo, ni todos los dioses pueden alterar el orden de las cosas que han de
suceder. Cuando el velo de la ilusión se aparta y se les permite a los ojos ver la
verdad, nos damos cuenta de que los ojos no son sufcientemente Fuertes para
resistir su presencia. Lo mismo le ocurría al rey. Ganga, la diosa de los cielos,
pensó que era adecuado jugar el papel de esposa suya, pero Santanu, un mero
mortal, no era lo sufcientemente Fuerte para sobrellevar tal honor. Su mente
rechazaba enfrentarse a la verdad. Se quedó como mudo cuando escuchó
lo que Ganga le había dicho. Era demasiado para él. Como consecuencia
veía dos cosas: la primera era que Ganga le abandonaría para siempre, la
segunda que ahora tenía un hijo, el cual podría ocupar el trono para perpetuar
el nombre de los Pauravas. A Ganga le resultaba fácil adivinar las emociones
que pasaban por la mente de Santanu y con una mirada de amor y compasión
se dirigió al rey diciendo: –Mi amado, por favor no te apenes, cuidaré muy bien
de nuestro hijo. Será un gran hombre. Será el mayor de todos los Pauravas
que hasta ahora han ocupado el trono de la raza de la luna. Después de decir
esto Ganga desapareció ante sus ojos. Santanu permaneció durante horas
rememorando aquellos momentos llenos de dolor. Y después de algún tiempo
emprendió camino de regreso a su casa con una expresión de resignación,
pues sabía que era únicamente la soledad lo que le estaba esperando.
Vyasa,
Mahabharata
. Tomo I, disponible en http://www.librodot.com,
consultada el 14 de mayo de 2014.
Absorto
.
Pasmado, atónito.
Ninfa
.
Deidad femenina que habitaba en los lugares naturales (ríos,
arroyos, manantiales, etc.).
Aposento
.
Habitación.
Recriminar
.
Reprender, reprochar.
Ermita
.
Santuario, lugar de oración.
Yoga
.
Disciplina física y mental que busca alcanzar la perfección espiritual.
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