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Había una vez una pequeña niña, dulce
y graciosa, la más bonita que se puedan
imaginar. Su madre estaba loca por ella
y su abuela, todavía más.
Se veía hermosa con todo lo que se
ponía y, por ello, su abuela le cosía
vestidos con encajes y le bordaba
blusas y pañuelos. En una ocasión,
le mandó a hacer una caperuza roja.
A la niña le gustaba tanto, que no se
la quitaba nunca. Y todo el mundo
comenzó a llamarle Caperucita Roja.
Lo
bo
Fe
roz