BLOQUE III
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Escucha la lectura del texto que se presenta a
continuación.
Te sugerimos que si encuentras palabras que
no conozcas, las subrayes para que las comentes
después.
Una opción más
Los organismos genéticamente modificados
(
OGM
) o transgénicos no deben ser sataniza-
dos, pues no se ha demostrado que su con-
sumo ponga en riesgo la salud humana; pero
tampoco deben ser considerados la panacea
ante la crisis alimentaria global.
De acuerdo con el secretario ejecutivo de la
Comisión Intersecretarial de Bioseguridad de
los Organismos Genéticamente Modificados
(Cibiogem), el doctor Ariel Álvarez Morales,
los
OGM
“desde el punto de vista técnico son
seguros, pues tenemos un mayor control del
producto final al insertar un gen que al hacer
una cruza de especies.
Además, por una cuestión de precaución
[a estos organismos], se les aplica un régi-
men de evaluación y vigilancia que nunca an-
tes ha tenido otro grupo de alimentos; medi-
das sólo comparables con las utilizadas en la
industria farmacéutica”.
El funcionario considera que tampoco
debe pensarse en estos organismos como la
solución al problema del hambre, ya que no
es cierto que con ellos “vamos a duplicar el
rendimiento del campo. Los alimentos gené-
ticamente modificados son una herramienta
más que debemos sumar al uso de productos
agrícolas criollos, híbridos y orgánicos”.
Beneficios concretos de los OGM
El doctor Ariel Álvarez menciona que, en la
parte nutricional, estos organismos no tienen
diferencia alguna con los productos conven-
cionales o los orgánicos, y que los beneficios
Organismos genéticamente modificados
por el uso de transgénicos son para el pro-
ductor, quien ya no requerirá invertir en pla-
guicidas con el fin de garantizar la seguridad
de su cosecha.
Diez años de retraso en investigación
Sobre la presencia de los transgénicos en
nuestro país, el doctor Álvarez comentó que
productos de este tipo se importan y consu-
men desde hace algunos años, incluso ya se
siembran, como el algodón; no así el maíz,
cuya diversidad es muy amplia y debe prote-
gerse.
Que no se siembre semilla de maíz trans-
génico obedece a que se desconoce cómo los
transgenes que lleguen en el polen de estas
plantas podrían afectar a las variedades crio-
llas o parientas silvestres del maíz mexicano.
“Supongamos que tenemos maíz transgé-
nico tolerante o resistente a ciertos niveles de
sequía. ¿Qué va a pasar cuando haya flujo del
polen de esta variedad a los parientes silves-
tres del maíz? ¿Éstos ampliarán su hábitat y
desplazarán a otras poblaciones de plantas?
Eso no sería deseable, puesto que no quere-
mos modificar el medio ambiente de esa for-
ma.
Durante diez años hubo una moratoria
en México que nos impidió experimentar con
maíz genéticamente modificado y desarrollar
el conocimiento que ya deberíamos tener so-
bre las consecuencias de sembrarlo. Hemos
desperdiciado todo ese tiempo y ahora debe-
mos recobrarlo para poder responder estas
preguntas.