BLOQUE III
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Trompo
El trompo que gira músicas
menores movido, sin tregua, por
tenue cordón, el trompo de siete
colores
¿no es un corazón?
Noble animal
(fragmento)
El perro no era mío.
Yo lo encontré en una siesta
por la orilla del río.
Le hice un poco de fiesta,
le halagué las ijadas
y el dorso polvoriento,
y él, contento,
me puso en las rodillas
sus dos patas mojadas.
Bernardo Ortiz de Montellano,
Obra poética
, México,
UNAM
, 2005, p. 89.
José Pedroni,
Cantos del hombre,
Santa Fe, Castellvi, 1960, p. 114.
No te cuento
No te cuento qué alegría
tu e-mail me regaló:
estrellita a pleno día
que a mi alma deslumbró.
Y no te cuento que ahora
—ya de noche — brilla más…
Desde la computadora
junto conmigo estarás.
Qué joyita inesperada
es tu amorcito… y bien sé
que… aunque no te cuento nada…
¡lo cierto es que te conté!
Elsa Bornemann, “No te cuento”,
en
Amorcitos
Sub-14
, México,
SEP
-Santillana, 2004, p. 34.
Érase un hombre a una nariz pegado,
érase una nariz superlativa,
érase una nariz sayón y escriba,
érase un peje espada muy barbado.
Era un reloj de sol mal encarado,
érase una alquitara pensativa,
érase un elefante boca arriba,
era Ovidio Nasón más narizado.
Érase un espolón de una galera,
érase una pirámide de Egipto,
las doce Tribus de narices era.
Érase un naricísimo infinito,
muchísimo nariz, nariz tan fiera
que en la cara de Anás fuera delito.
Francisco de Quevedo.
A una
nariz