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En la gráfica, dibujo, fotografía y serigrafía, por lo regular se encuentran formatos chicos,
ya que son los que permiten mayor accesibilidad, maleabilidad, uso y manejo en el mundo
de la plástica, así como también son aquellos que por su tamaño reducen costo en
producción, aunque cabe también decir que no es en todos los casos, por ejemplo: la
producción de una fotografía puede llegar a ser más elevada que un dibujo a lápiz, aunque
en tiempos sea todo lo contrario. Esta comparación es muy ambigua ya que siempre entrar
el factor de lo detallado que se desea que sea el resultado.
Los formatos chicos son muy amigables para el principiante en el arte ya que permiten
prestar mayor atención a detalles que merecen todavía ser explorados por el aprendizaje,
así como son los idóneos para la soltura de la mano y la muñeca, antes de pasar a un
formato más grande. En el transcurso del desarrollo de cualquier artista son un formato
frecuente ya que permite diseñar y realizar bocetos de lo que podrán ser futuras piezas.
Estos formatos por lo regular se consideran del tamaño de una hoja de papel de 30 cm
hasta los 50 o 60 cm de altura o ancho.
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Los siguientes formatos son los medianos, los cuales se consideran de los 60 cm a los 100
cm, es decir, un metro. Son muy amigables y necesarios ya que permiten ser conscientes
de las proporciones y del espacio de los objetos y elementos que forman la composición de
la obra, porque no es lo mismo dibujar una cara del tamaño de nuestra mano, que realizar
una del tamaño real.
Este formato permite explorar el manejo de la mano en el trazo, su movilidad con el pincel,
así como experimentar el observar con mayor detalle el uso que le damos a los elementos
visuales (forma, color, textura, proporción, etcétera); por ejemplo, al pintar en este formato
se es más consciente de qué tan cortas o largas son nuestras pinceladas, o qué tan
cargada nos gusta usar la pintura.
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El gran formato es aquel que excede el metro y pueden ser hasta paredes, edificios o
hasta donde uno pueda imaginarse. El artista se compromete a tener un gran manejo de
las proporciones ya que se debe conservar la armonía en un espacio tan grande. Por otra
parte se hace uso de más partes del cuerpo, ya no sólo participan los dedos, la muñeca, la
mano y el brazo, sino que a éstos se incorporan el torso, la cadera y los pies, ya que el
creador deberá desplazarse por todo el espacio en el que habite el soporte para realizar la
obra. Los grandes formatos son una de las experiencias más bellas de las artes visuales,
ya sea en la pintura, escultura, fotografía, instalación, etcétera, dado que permite al artista
tener toda una experiencia corporal.
El trabajo en estos formatos es muy demandante por el tiempo que debe dedicársele, la
planeación y el compromiso; muchos de los artistas que se especializan en obras de este
tamaño a veces pasan meses o años en su realización.