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SECUENCIA 11
32
Cuento de terror (Audiotexto)
Manos a la obra
Para leer
1.
El cuento “El gato negro” que escucharás y leerás a continuación, fue escrito por Edgar
Allan Poe (1809-1849), escritor estadounidense considerado maestro del género de
terror. Al finalizar, comenten con el grupo qué les asustó o sorprendió del texto.
SESIÓN 2
El gato negro
E
DGAR
A
LLAN
P
OE
No espero ni pido que alguien crea en el extraño aun-
que simple relato que me dispongo a escribir. Loco
estaría si lo esperara, cuando mis sentidos rechazan su
propia evidencia. Pero no estoy loco y sé muy bien que
esto no es un sueño. Mañana voy a morir y quisiera
aliviar hoy mi alma. Mi propósito inmediato consiste
en poner de manifiesto, simple, sucintamente y sin co-
mentarios, una serie de episodios domésticos. Las
consecuencias de esos episodios me han aterrorizado,
me han torturado y, por fin, me han destruido. Pero
no intentaré explicarlos. Si para mí han sido horribles,
para otros resultarán menos espantosos que
baroques
.
Más adelante, tal vez, aparecerá alguien cuya inteligen-
cia reduzca mis fantasmas a lugares comunes; una in-
teligencia más serena, más lógica y mucho menos ex-
citable que la mía, capaz de ver en las circunstancias
que temerosamente describiré, una vulgar sucesión de
causas y efectos naturales.
Desde la infancia me destaqué por la docilidad y
bondad de mi carácter. La ternura que abrigaba mi co-
razón era tan grande que llegaba a convertirme en obje-
to de burla para mis compañeros. Me gustaban espe-
cialmente los animales, y mis padres me permitían tener
una gran variedad. Pasaba a su lado la mayor parte del
tiempo, y jamás me sentía más feliz que cuando les daba
de comer y los acariciaba. Este rasgo de mi carácter cre-
ció conmigo y, cuando llegué a la
virilidad
, se convirtió
en una de mis principales fuentes de placer. Aquellos
que alguna vez han experimentado cariño hacia un pe-
rro fiel y sagaz no necesitan que
me moleste en explicarles la na-
turaleza o la intensidad de la re-
tribución que recibía. Hay algo
en el generoso y abnegado amor
de un animal que llega directa-
mente al corazón de aquel que con frecuencia ha proba-
do la falsa amistad y la frágil fidelidad del
hombre
.
Me casé joven y tuve la alegría de que mi esposa
compartiera mis preferencias. Al observar mi gusto
por los animales domésticos, no perdía oportunidad
de procurarme los más agradables de entre ellos. Te-
níamos pájaros, peces de colores, un hermoso perro,
conejos, un monito y
un gato
.
Este último era un animal de notable tamaño y
hermosura, completamente negro y de una
sagacidad
asombrosa. Al referirse a su inteligencia, mi mujer, que
en el fondo era no poco supersticiosa, aludía con fre-
cuencia a la antigua creencia popular de que todos los
gatos negros son brujas
metamorfoseadas
. No quiero
decir que lo creyera seriamente, y sólo menciono la
cosa porque acabo de recordarla.
Plutón
—tal era el nombre del gato— se había con-
vertido en mi favorito y mi camarada. Sólo yo le daba
de comer y él me seguía por todas partes en casa. Me
costaba mucho impedir que anduviera tras de mí en la
calle.
baroques:
barrocos,
complicados.
virilidad:
edad adulta.
sagacidad:
astucia.