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Libro para el maestro
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SECUENCIA 1
bién viene de dos palabras griegas:
aster
, astro, y
no-
mos
, ley o tratado.
Resulta que los griegos, hace unos 2500 años, fue-
ron los primeros en pensar sobre los objetos del cielo,
esto es, en tratar de saber qué son realmente esos obje-
tos, haciendo a un lado lo que parecen ser o lo que se
dice de ellos por creencias o mitos, que son pensa-
mientos sin base científica.
Aparte de los griegos, los estudiosos del cielo perte-
necientes a otras culturas y a otros tiempos habían
imaginado multitud de fantasías, todas apegadas al in-
terés humano; por ejemplo, los aztecas creían en una
serie de dioses como Tezcatlipoca, el espejo humeante,
o Tonatiuh, el dios del Sol, quienes, al ser adorados,
intervenían en el destino de los humanos.
Esa adoración la definían los sacerdotes, dictando
acciones, a veces de sacrificio, para agradar a aquellos
dioses, algunos de ellos terribles.
Otros pueblos, como los olmecas, los mayas o los
mismos griegos antiguos, relacionaban a los planetas
con los dioses y les asignaban poderes limitados según
su campo de acción; por ejemplo, Saturno era podero-
so en las cosas del tiempo, Venus en el amor, etcétera,
y los sacerdotes estudiaban, con afán y durante dece-
nas de años, sus movimientos, anotando cada día sus
posiciones.
Así fue como nació la estadística, tal vez la primera
actividad científica; ésta, además de generar el calen-
dario, permitió predecir la ocurrencia de los sucesos
astronómicos; como ejemplo, citemos a los babilonios
quienes, gracias a la estadística, descubrieron el ciclo
Saros, que nos dice cómo cada 18 años y 10 días los
eclipses se vuelven a repetir exactamente en el mismo
orden que en el ciclo anterior.
..
Los griegos de la época de Tales de Mileto comen-
zaron a estudiar objetivamente los fenómenos natura-
les y así surgió la filosofía en general, dentro de la cual
Pitágoras estudió los números, Platón escribió sus fa-
mosos
Diálogos
, Aristóteles la
Lógica
y la
Ética
, y todos
ellos contribuyeron a que la astronomía ocupara un
lugar central en su cultura.
La astronomía fue la primera ciencia derivada de la
observación, ciencia que, Ptolomeo, al principio de la
era cristiana, resumiera en su extraordinario libro
El
almagesto
.
José De la Herrán; Juan Tonda Mazón. “Astronomía en la antigüedad”, en
Fronteras de la astronomía
. Biblioteca Juvenil Ilustrada. México: SEP/ San-
tillana, Libros del Rincón, 2003, pp. 38 y 39.
Bibliografía del libro
Fronteras de la astronomía
.
• Fierro, Julieta.
El Universo
. Colección Tercer Milenio.
CONACULTA, México, 1997.
• Herrán, José De la,
et al
.
México y la astronomía
, Colec-
ción de divulgación de la ciencia en México, ADN Edito-
res, México, 1996.
• Herrán, José De la.
Mosaico Astronómico
, Colección La
Ciencia desde México, núm. 187, FCE/ SEP/ CONACYT,
2002.
• Herrera Andrade, Miguel Ángel.
El origen del Universo
,
Colección Viaje al Centro de la Ciencia, núm. 14, ADN
Editores/ CONACULTA, México, 1999.
• Fierro, Julieta y Miguel Ángel Herrera.
La familia del Sol
,
Colección la ciencia para todos, núm. 62, FCE/ SEP/ Co-
nacyt, México, 1998.
• Poveda, Arcadio y Miguel Ángel Herrera.
Materia oscura
en el Universo
, Sirius-Conacyt, México, 1994.
• Rodríguez, Luis Felipe.
Un Universo en expansión
, Colec-
ción la ciencia para todos, núm. 1, FCE/ SEP/ Conacyt,
México, 1998.
• Sagan, Carl.
Cosmos
, Editorial Planeta, México, 1982.
• Sección Descubriendo el Universo, revista
Ciencia y De-
sarrollo
, Conacyt.
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