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Libro para el maestro
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SECUENCIA 3
Las ciudades espa-
ñolas en América se
diseñaron poniendo
al centro una plaza
donde se encontraban
las autoridades de
gobierno y la Iglesia.
Las calles se trazaron
formando manzanas
cuadradas imitando un
tablero de ajedrez.
Planta de la ciudad de León, hoy Caracas, Venezuela.
Parte central de un plano de 1700 de la ciudad de Quito, Ecuador.
Plano de 1600 de la ciudad de Mendoza, Argentina.
Plano de 1627 de la ciudad de Candelaraia, en Paraguay.
La mayor parte de los grupos indígenas continuó viviendo en el campo y legalmente
gozaron de derechos aunque no tuvieron los medios para disfrutarlos, por lo que
vivieron en situaciones de subsistencia y trabajando para criollos y españoles. Hubo
grupos que lograron mantenerse alejados de la influencia española y conservaron sus
tradiciones y formas de vida por más tiempo, gracias a que habitaban en zonas de
difícil acceso. El resto de las culturas indígenas conservó algunas de sus costumbres,
pero debido al contacto por más de 200 años, incorporaron a ellas algunos elementos
españoles. La labor de los evangelizadores de indígenas continuó, pero sólo estuvo
dirigida a los grupos que habitaban en zonas lejanas.
El grupo que más creció en este siglo fue el de los mestizos. Su número aumentó
junto con las limitaciones legales que se les impusieron y con la discriminación social
hacia ellos. Se les prohibió la posesión de tierras, el desempeño de cargos públicos y
tener a su servicio a indígenas. No obstante, podían incorporarse como miembros de la
Iglesia. Se emplearon como sirvientes, carpinteros, albañiles, trabajadores de minas o
agricultores. Aunque algunos se quedaron en el campo, muchos vivieron en las afueras
de las ciudades en las que buscaron medios de subsistencia.
La legislación para normar la vida de los esclavos se hizo cada vez más específica.
No podían portar armas, montar a caballo o salir de noche en las ciudades y villas. Sin
embargo, además del trabajo en las minas y en las zonas de cultivo, cada vez vivían
más esclavos en las ciudades, donde eran sirvientes y fieles de la Iglesia.