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Para reflexionar
Un portafolio es una colección de trabajos que incluyen los logros individuales, tales como
resultados de tareas
genuinas
, la evaluación del proceso [a través de los exámenes], o muestras de
trabajos que documentan los logros alcanzados, a lo largo del tiempo.
Generalmente el [alumno] es quien elige el tipo de trabajo que le sirve mejor para expresar su éxito,
así como para demostrar su aprendizaje. [
]
La autoevaluación es un proceso integral que implica tener la capacidad de juicio para valorar la
calidad del propio rendimiento, así como las estrategias de aprendizaje. Igualmente la discusión y la
reflexión con los compañeros y tutores durante una entrevista, una conversación o una presentación,
facilitan la comprensión del proceso de aprendizaje.
El desarrollo del portafolio implica, por tanto, documentar no sólo los logros conseguidos sino
también las autoevaluaciones, las estrategias aplicadas y el análisis sobre las experiencias de
aprendizaje, por lo que es mucho más que una simple colección de las tareas.
Van Klenowsk (2005),
Desarrollo del portafolio para
el aprendizaje y la evaluación. Procesos y principios
, pp. 39.
Un portafolio puede tener distintas formas físicas: una carpeta, una caja, un sobre o folder; su
aspecto físico va a depender del propósito, el contenido y quién lo prepara. Su forma externa no
importa, pero sí su contenido.
La variedad de formas que puede tener un portafolio demuestra que no hay una práctica común o
uniforme para todos los estudiantes. Por ejemplo, los tipos de portafolio podrían ubicarse en dos
extremos: el estructurado y el abierto o libre. En el estructurado se le indica de antemano la cantidad y
el tipo de trabajos que debe incluir. En el portafolio abierto, por el contrario, se permite mayor libertad al
estudiante para seleccionar la cantidad y naturaleza de las piezas que va a incluir.
María del Refugio Medina Díaz (2000),
Evaluación del aprendizaje estudiantil
, pp. 231-232.
Esta alternativa se basa en la idea de que, a partir del análisis de algunos documentos y materiales
que los estudiantes producen dentro de un periodo de aprendizaje, se puede evaluar su progreso
académico.
Su característica distintiva es que son los propios estudiantes quienes seleccionan los documentos o
evidencias que son demostrativas de la consecución de las metas que previamente se han
negociado con el profesor. Dichas evidencias pueden consistir en documentos que se producen
durante las actividades escolares (apuntes, notas, problemas, etcétera), materiales especialmente
confeccionados por los propios profesores sobre los progresos del estudiante (observaciones en
clase, orientaciones en tutorías, comentarios, etcétera).
Se trata de una propuesta que enfatiza la autoevaluación y
regulación
del propio aprendizaje.
César Coll y Concepció Gotzens (1999),
Psicología de la instrucción. La enseñanza y el aprendizaje
en la educación secundaria
, p.90.